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Benjamin Biolay, de visita por América

Presentación de Benjamin Biolay efectuada el 26 de abril de 2008 en el Teatro Oriente de Santiago, Chile, ante mil espectadores.

foto de Benjamin Biolay en el Teatro Oriente ¿Cómo habrá sido vivir en los albores del siglo pasado cuando todavía Francia era el faro cultural del mundo? Tal vez Apilio, el vate pensador que Auguste Rodin esculpió cuando se acercaba el siglo 20 (un nuevo fin del mundo), simboliza mejor que nada a un ser humano inquieto que tramaba nuevas ideas, nuevas revoluciones y nuevas invenciones, como la de los hermanos Lumière y el cinematógrafo.

Como la ciudad soñada era París, no Nueva York, debe haber sido genial pasearse entre cotillones que se movían sugestivamente al ritmo del cancán en el Folies-Bergère o en el Moulin Rouge, previamente informados del espectáculo por un afiche de Toulouse-Lautrec, acompañados de poetas surrealistas, filósofos pre-existencialistas y pintores fauvistas y dadaístas, corriendo todos presurosos por les Champs-Elysées con algún manifiesto en mente, en una carrera tan loca como los años que se avecinaban. Hasta que llegaron las guerras y Estados Unidos se apropió de la atención… se apropió de la ampolleta del faro.

En eso pensaba cuando, desde mi butaca central en el Teatro Oriente, disfrutaba del espectáculo de Benjamin Biolay. Claro, porque a esta altura del partido los que asistimos a este tipo de conciertos “alternativos” parecemos una especie rara que no acepta que lo anglo es necesaria predominancia, única alternativa de sociabilidad, y de ¡globalización! Si hasta nuestras miserables cabezas tienen hoy su precio en dólares. Pero, bueno, qué se le va a hacer: mientras eliminamos un imperio y construimos un nuevo mundo sobre la base de las diferentes tribus que somos, me dejo llevar por los sonidos de un músico brillante por lo inquieto, más que por sus ocurrencias.

Benjamin Biolay es un gran compositor. Se nota en sus melodías, en sus sonidos. Pero en vivo, el colaborador y amigo de Keren Ann, también dejó en evidencia su gran dominio instrumental. El piano parece ser su compañero ideal, pero me sorprendió su ejecución de la guitarra acústica, logrando atmósferas muy especiales, mucho más que cuando toca la eléctrica. Lo de la trompeta me pareció más bien un juego, el permiso que se toma quien sabe usar un instrumento complejo, aunque no sea del todo virtuoso.

Ves
DANS LA MERCO BENZ

"Trash Yéyé" (track 5)


Hasta el momento que él mismo definió como “la primera parte de su show”, donde pidió un intérprete para poder explayarse en un par de ideas, su actuación me parecía simplemente correcta, no muy “prendida”, pero donde destacaba claramente el acompañamiento de su banda de dos músicos que le aportaban las bases rítmicas, teclas y guitarra… y un moderno theremin… ¡excelentes dos músicos!

foto de Benjamin BiolayBiolay, además, demostraba una evidente falta de dominio escénico que suplía con su “imagen”, su postura desgarbada, su facha (el hombre despierta cosas en las chicas, digámoslo), y su maldita costumbre de fumar un cigarrillo tras otro en el escenario, actitud que debería estar prohibida por muy pop-star que sea el infractor. En verdad, hay millones de maneras de ser cool. Esta apesta.

Pero luego vino la magia. Como que se soltó. Como que su imagen de chico rudo no pudo vencer una cierta timidez producida por un publico que conocía sólo un par de canciones, pero que no coreaba sus éxitos como en Francia, Suiza, Bélgica y Québec (“no pensábamos venir nunca más al sur de eso”). Al momento de tomar la guitarra acústica se aproximó tanto en distancia física como humana. Su versión de “L’ombre et la lumière” que compusiera para su hermana, la bella Coralie Clément, fue al nivel de los grandes de Brasil. La mezcla del bossa nova con el francés es algo verdaderamente exquisito. “Jardin d’hiver” lo volvió a demostrar. Otro gran momento que mantuvo la mecha encendida fue el cóver de “As time goes by” de la película “Casablanca”.

foto de Benjamin Biolay en vivoPero los éxitos pop del francés no estuvieron ausentes. Me sorprendió eso sí la falta de respuesta del público para “Une chaise à Tokio” (el hit que muchos habían escuchado, pero que nadie se sabía). Pero el público chileno siempre responde con esos gestos inversamente populistas (de público a artista), coreando la siguiente que se sepan como si el cielo se viniera encima. Es lo que ocurrió cuando Biolay citó la canción “There is a light that never goes out” de The Smiths, ocasión en que los asistentes se subieron a las butacas para cantar y bailar. De un modo u otro recordé al público del Estadio Nacional coreando “El Rock del Mundial” cuando encontró un ritmo similar dentro de un repertorio de Wynton Marsalis que desconocían absolutamente (“Desde Chile, un abrazo a la esperanza”-1990). Debió ser un poco triste para el francés, pero el ánimo se mantuvo, sobretodo con “Los Angeles” o “Dans la Merco Benz”.

Benjamin Biolay es un músico del que se debe aprovechar su visita. Su falta de encasillamiento en un solo estilo, lejos de confundir, es un regalo. Nada hay como un artista que al mando de su voz y su sonido, nos pasea por el recitativo rapero, el bossa nova, la balada o la experimentación rockera. Hay que difundir más su música, porque ¡Santiago no es Chile y Estados Unidos no es América! Hay otros idiomas, otras culturas… y otras formas de enfocar la música.

por Denis Leyton


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Sitio oficial de Benjamin Biolay
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Once - BSO, Glen Hansard & Markéta Irglová (2006)

Once - Markéta Irglová - Glen Hansard. Soundtrack de la película "Once": Comentario y letras de canciones.

BSO de la película ONCELa banda de sonido de "Once" (2006), la película del irlandés JOHN CARNEY, es un compilado de canciones tan hermosas, que no escatimaré en epítetos de admiración. Es una "advertencia". Pero digamos, eso sí, que sus composiciones no son un simple encargo de los productores, sino el resultado de una participación directa de la dirección en el trabajo de los músicos.

Carney fue el bajista fundador de la banda irlandesa THE FRAMES, de la que es guitarrista y voz GLEN HANSARD, el actor que representa a GUY, el personaje principal de la película. Dada su cercanía y amistad, el director le pidió a Hansard que compusiera las canciones de "Once". Así es como nace esta colaboración a la que también fue incorporada la joven cantante y compositora checa MARKÉTA IRGLOVÁ, quien además hace el rol femenino principal. Por lo tanto, los músicos que dan vida a la banda de sonido son también sus protagonistas, pero más allá de la simple figura de actores seleccionados en un casting para una película musical, sino como integrantes del proceso creativo previo.


Ves
FALLING SLOWLY (CAYENDO LENTAMENTE)

versión de "The Frames"

I don’t know you, but I want you
All the more for that
Words fall through me, and always fool me
And I can’t react

Games that never amount
To more than they’re meant
Will play themselves out

Take this sinking boat
And point it home
We’ve still got time
Raise your hopeful voice
You had a choice
You’ve made it now

Falling slowly, eyes that know me
And I can’t go back
Moods that take me, and erase me
And I’m painted black

You have suffered enough
And warred with yourself
It’s time that you won

Take this sinking boat
And point it home
We’ve still got time
Raise your hopeful voice
You had a choice
You’ve made it now

Falling slowly sing
your melody
I’ll sing it loud

No te conozco, pero te deseo
Quizás por eso, aún más
Las palabras me atraviesan y siempre me engañan
Y no puedo reaccionar

Juegos que nunca se elevan
Por más que ellos quieran
Acabarán consigo mismos

Toma el barco que va a zozobrar
Y guíalo al hogar
Todavía tenemos tiempo
Levanta tu voz con ilusión
Tú tienes la opción
Ya lo hiciste ahora

Cayendo lentamente... ojos que me conocen...
Y ya no puedo regresar
Temperamentos que me toman y me borran
Y de negro me han de pintar

Tú ya bastante has sufrido
Y contra ti te has batido
Ya es tiempo de que ganes

Toma el barco que va a zozobrar
Y guíalo al hogar
Todavía tenemos tiempo
Levanta tu voz con ilusión
Tú tienes la opción
Ya lo hiciste ahora

Cayendo lentamente, canta
Tu melodía
Yo fuerte la cantaré

Dos de sus canciones, "Falling Slowly" y "When your minds made up", aparecen también en el disco "The Cost" (2006) de The Frames, con arreglos acomodados a la percusión y al violín de la banda dublinesa. Pero además, ambas canciones forman parte de THE SWELL SEASON, el nombre que Irglová y Hansard adoptaron para irse de gira y grabar, aprovechando la promoción y el éxito que les significó participar en "Once". Este álbum incluye además otras canciones de la película: la maravillosa y desgarradora "Lies" y "Leave".


Escuchas
LIES

track 5 - Glen Hansard


I think it’s time, we give it up
And figure out what’s stopping us
From breathing easy, and talking straight
The way is clear if you’re ready now
The volunteer is slowing down
And taking time to save himself

The little cracks they escalated
And before you know it is too late
For making circles and telling lies

You’re moving too fast for me, and
I can’t keep up with you
Maybe if you slowed down for me, I
Could see you’re only telling
Lies, lies, lies
Breaking us down with your
Lies, lies, lies
When will you learn

The little cracks they escalated
And before you know it is too late
For making circles and telling lies

You’re moving too fast for me, and
I can’t keep up with you
Maybe if you’d slowed down for me, I
Could see you’re only telling
Lies, lies, lies
Breaking us down with your
Lies, lies, lies
When will you learn

So plant the thought and watch it grow
Wind it up and let it go

Interesante es lo de la guitarra acústica, puesto que Hansard no busca los arpegios: lo de él es el rasgueo. Pero digamos que es uno muy atinado, suave muchas veces como en "All the way down".

O en "Say it me to me now" (la canción que Guy canta en la calle de noche y que marca su primer contacto con el personaje de Irglová), donde la canción marca la suavidad más necesaria en su inicio, pero que no duda en ser tan fuerte que pareciera que los dedos del pobre irlandés sangraran por el dolor de su letra cargada de rabia.

El sonido que marca el tono de la película es la melancolía y la balada, pero aquella del estilo "cantautor", con predominio de la guitarra acústica y acompañamientos tenues y muy en segundo plano de otras cuerdas como el violín y el chelo, estilo que otros autores irlandeses también han impuesto en el cine, como Damien Rice en "Closer".

Sólo cuando canta Markéta Irglová asoma el piano, su especialidad, como en la hermosa "The Hill", donde además luce una voz delicada y sostenida. En "If you want me" se presenta además una percusión más presente. También se siente más cuerpo en "Trying to pull myself away". Pero al igual que en casi todas las canciones, ambos músicos unen sus voces para apoyarse con la segunda voz, voces que juegan con la suavidad de la checa y la fuerza y algunos tonos agudos de Glen Hansard. Al estilo que predomina en "Once", escapa un poco la canción "Fallen from the sky", el segmento tierno del disco, con el sonido de un teclado de juguete mediante.


Escuchas
THE HILL

track 7 - Markéta Irglová


Looking up the hill tonight
When you have closed your eyes
I wish I didn’t have to make
All those mistakes and be wise

Please try to be patient
And know that I’m still learning
I’m sorry that you have to see
The strength inside me burning

Where are you now, angel now
Don’t you see me crying
And I know that you can’t do it all
But you can’t say your not trying
I’m on my knees in front of him
But he doesn’t seem to see me
But all his troubles on his mind
Is looking right through me
And I’m letting myself down
Deciding is falling you
And I wished that you could see
I have my troubles too

Lookin’ at you sleeping
I’m with a man I know
I’m sitting here weeping
While the hours pass so slow

And I know that in the mornin’
I have to let you go
And you’ll be just a man
Once I leave to know
For these past few days
Someone I don’t recognize
This isn’t all my fault
When will you realize

Lookin’ at you leavin’
I’m looking for a sign

La canción más "irlandesa" de todas es "Gold", una composición del músico Fergus O’Farrell que en la película aparece cuando Hansard canta en una comida con amigos músicos a la que invita a su amiga inmigrante.

La voz y guitarra del mismo O’Farrell y el sonido del violín y el violonchelo lo acompañan en un momento que huele a cerveza negra y a melancolía insular. Melancolía que sigue presente en la melodía de la bella "Once".

Así es como Markéta Irglová se une a mi lista de músicos favoritos. La pianista, compositora y cantante de la República Checa tiene un futuro hermoso por delante, mientras recién se aproxima a cumplir los veinte años de edad.

Glen Hansard, con 37, vuelve a formar parte de mis bandas de sonido de cabecera, al igual que lo hiciera en 1991 como "Outspan" Foster, el guitarrista de esa notable película llamada "The Commitments".

Hoy es "Once", pero además The Frames y The Swell Season, los que siguen girando por el mundo con una guitarra y piano a cuestas.



por Denis Leyton

más información en
Análisis de la película en
Once Music from the Motion Picture
Once, Soundtrack en MySpace
Once, the movie the official MySpace site
Sitio en MySpace de The Swell Season
Sitio en MySpace de The Frames
Sitio oficial de The Frames (v. 4.0)

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GORAN BREGOVIĆ y la Orquesta de Bodas y Funerales

Comentario sobre la presentación de Goran Bregović efectuado el 20 de enero de 2008 en el Parque Araucano de Santiago, Chile, ante 8.000 espectadores.

foto de Goran Bregović en el Parque Araucano Algunas dicotomías las viven sólo las personas extremadamente sensibles… malditamente lo sé. Pero es que ir al Parque Araucano ese domingo de noche cálida fue extraño: por una parte, asistir a un concierto de Bregović al aire libre, en verano y gratis, es algo como para celebrar; pero, por otro lado, estar de pie bailando encima de lo que debió ser la cancha del estadio de la Universidad de Chile en los ’70, me afecta, ¿qué quieren?... un plan abortado por el golpe de estado y que significó el ocaso de un proyecto mayor del gobierno de Salvador Allende que incluía viviendas sociales para los pobres que vivían a orillas del Mapocho en Las Condes. Pero, ¿por qué diablos hablo de esas cosas si la moda es olvidar e ignorar?

GORAN BREGOVIĆ fue presentado como el autor de la música de las películas de Emir Kusturica, pero el oriundo de Sarajevo es mucho más que eso, es un músico eximio que pasa por distintos estilos y formas, pero dentro de un mismo espíritu. El bosnio posee una carrera que inició a los 16 años cuando creó su primera banda, “Bijelo dugme” (el botón blanco), tras haber estudiado violín en el conservatorio. Siguieron quince años de giras exitosas por la Europa del este, ahora enfundando una guitarra eléctrica como un rockero de tomo y lomo que encontró en este estilo la forma de expresar sus ideas (“era la única forma de poder hacer oír nuestra voz, y de expresar públicamente nuestro descontento sin arriesgarnos a ir a la cárcel”). Luego de un tiempo de gozar de su estatus de estrella, se retiró para componer la música de “Tiempo de Gitanos”. Sin embargo, la guerra de los Balcanes cambió radicalmente la vida de este músico hijo de madre serbia y padre croata, ironía vivida por cientos de familias que sufrieron la fuerza del monstruo grande que pisa fuerte, en una contienda racial estúpida y aberrante.

Así las cosas, se instaló en París donde se unió a otro proyecto de Kusturica, “Sueños de Arizona”, donde involucró a Iggy Pop. Luego seguiría “Underground”, con el inolvidable “Kalasnjikov”; el soundtrack de la película de Patrice Chéreau “La Reina Margot”, con Isabelle Adjani y Miguel Bosé; y composiciones para importantes proyectos teatrales en Europa.


El Klezmer

Goran Bregović aterrizó en Santiago en el marco de ese genial proyecto llamado “Santiago a Mil” que reúne lo mejor del teatro chileno y mundial, y que en los últimos años se abrió a otras expresiones como la danza y la música. Y lo hizo un par de años después que el mismo Kusturica revolucionara en dos ocasiones Santiago con la “No Smoking Band”, por lo que la música klezmer no es una novedad absoluta. A mí me la enseñó hace algunos años mi amigo Pato Doña, accediendo a sonidos familiares, pero insospechadamente atractivos. Así es como conocí a “Kroke” y, especialmente, a “Klezmatics”. Y en Chile, a esa tremenda banda que es “La Mano Ajena”.

imagen de los klezmorim tocando en una bodaEl klezmer es la música que crearon los judíos llamados asquenazíes, aquellos que se fueron instalando paulatinamente en la Europa oriental y central allá por el siglo décimo, principalmente en lo que hoy es Rumania, Ucrania, Rusia, Polonia y Alemania. Esta fracción más abierta del pueblo judío desarrolló una cultura propia, con música propia, e idioma propio, el Yidish, nacido en el norte de Alemania y considerada una lengua germánica. “Klezmer” significa “instrumento musical” en hebreo (kli-zemer), y responde a los instrumentos que empleaban los klezmorim (músicos), para luego pasar a denominar así a toda la cultura descrita. El Klezmer fue contagiando positivamente el folclore balcánico, como también el del Caúcaso (Georgia, Armenia, Turquía, Azerbaiyán, sur de Rusia) y de ahí a los demás países que habitaron los asquenazíes. Por culpa de Hitler y sus amigos, esta música volvió a la palestra recién tímidamente a mediados de los ’70.

Escuchas
KALASNJIKOV

Track 1 – OST “Underground” (1995)




Se relaciona mucho la música klezmer con la música gitana, y ello corresponde a espacios geográficos comunes que judíos y gitanos compartieron, por ejemplo, en Hungría, y al estatus que mantenían al momento de gestarse esta cultura: pueblos despreciados y sin territorio propio. Como común es la expresión de sus melodías y algunos de sus instrumentos, como el violín. El klezmer es la música de las fiestas, algo así como el jazz judío, una música donde lo importante es el cómo se toca, y donde la improvisación es parte fundamental.


Una orquesta para bodas y funerales

foto de Goran BregovićPero claro, lo de Goran Bregović no es sólo klezmer. Es una fusión de estilos que unen lo clásico con el folclore, con el jazz y con el rock. Pero es el espíritu de la música tradicional lo que prima (“todos los países tienen canciones para beber, ¿cierto?”). Todo es una fiesta… hueveo, por decirlo de otro modo.

Manteniendo la tradición klezmer de tocar para los eventos familiares, Bregović expone sus canciones para bodas y funerales junto a músicos que cumplen con el requisito de la pasión y la tradición, pero poseedores también de una calidad portentosa, tanto en las dos voces femeninas, pasando por la percusión y el acordeón, y la sub-banda de instrumentos de viento, donde el señor flautista me dejó boquiabierto. Nos sorprendió la primera parte compuesta por su repertorio clásico, con un cuerpo de músicos chilenos a la altura de la ocasión, interpretando piezas de “Underground” y “Arizona Dreams”. Sonó hermoso, ideal para la luna que asomaba en lo que debía ser la tribuna oriental del estadio "abortado"...

Luego él, entrando al escenario con su guitarra eléctrica ("Yo elegí la guitarra porque los guitarristas siempre tienen más éxito con las chicas"), después que su orquesta lo hiciera de entre los mismos espectadores, encabezando una comparsa que marcaría el tono de la noche. Así fue el inicio de una fiesta que tampoco se quedaba en la canción oreja. Digámoslo, ideal para el adulto joven: bailar como loco “Kalasnjikov” (“Boom, boom, boom, boom, boom, kutz, kutz ehy ja”), moverse con la cadencia de “Ya Ya” (“Ringe ringe raja, došo èika Paja”) o de “In the death car”, para luego descansar con las piezas incidentales como “War”, mientras tratas de mirar la pantalla de la derecha, porque la izquierda se apagó, en medio de la grúa y las cámaras de TVN que, en un acto de peor es nada, retransmitió el concierto un sábado a la medianoche, cuando, o estás de fiesta, o estás muerto de sueño (qué triste la tele de mi país).

foto del cantante de la orquesta, Alen AdemovićLa WEEDINGS AND FUNERALS ORCHESTRA sonó a carnaval, con una tuba que marcó los bajos bellamente, un acordeón perfecto (el instrumento típico del planeta tierra, a cargo aquí de un joven ALEN ADEMOVIĆ que arrancó gritos de las chicas y aplausos de todos), los demás bronces traviesos, el clarinete virtuoso y su guitarra casi carente de efectos. Bregović siempre fue matizando su repertorio con sonidos que nos recuerdan el romané y la música circense, en una reunión que confirmó mi admiración por el folclore balcánico, ese que alegra en la tristeza y que, de la mano de un músico tan notable, descubre en la fusión una manera de traspasar sus fronteras para venir a alegrarnos la vida, mientras Goran nos hace reír (“por la mitad del precio de un funeral, nos pueden contratar para que toquemos en una boda”), bailar, gritar (“a la caaaaargaaaaa”), y cantar… y nosotros sonamos a coro… boniiiito… y las voces retumban en las graderías del estadio fantasma.

por Denis Leyton

más información en
Sitio de Goran Bregović
Sitio de Alen Demović
Música popular judía: klezmorim y chalguigís

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Música modelo 2007

foto de la carátula de In Rainbows de Radiohead Sin duda la música vivió este año un hito que va más allá de los acordes y de las armonías. En un proceso que se viene gestando desde hace un tiempo, algunos músicos han comprendido que el mundo recorre su camino sin vuelta atrás, por lo que han decidido usar herramientas tecnológicas más allá de la simple promoción. Mientras unos pierden el tiempo peleándose contra los servicios P2P o proponiendo leyes abusivas e injustas contra la copia de discos (España, por ejemplo), otros han dado una lección a la industria musical como la conocemos hasta hoy.

La banda inglesa Radiohead consiguió este año que su nuevo disco recaudara quizás menos que el total de sus producciones anteriores, pero sí una mayor ganancia para ellos mismos. El gran damnificado es la industria discográfica que vio a uno de los grandes vendedores de la escena hacer el negocio por sí solos, sin ellos, sin un sello de por medio. El miserable porcentaje que reciben los músicos por cada disco vendido, se vislumbra como cosa del pasado. Es que la fórmula de "venta" escogida por los británicos para su CD "In Rainbows" fue revolucionaria (o como dice Carlos García en su blog, fue evolucionaria): que los fanáticos "bajaran" el disco ofertando por él lo que ellos quisieran. Ganaron dinero y además, de todos modos una compañía firmó un contrato con ellos para la distribución tradicional del álbum.

foto de RadioheadCuando a mí me gusta un disco (que presumiblemente ya escuché en MP3), lo más probable es que lo compre o lo pida de regalo, porque quiero tener su material adicional, su book o lo que sea que me dé un sentido de pertenencia, tal como esta producción posee una versión en vinilo ideal para coleccionistas fanáticos. Y la cadena se completa con los conciertos, el verdadero motor de ventas del músico. Y luego el merchandising y otras fórmulas de explotación. Cuando veo cómo los sindicatos de músicos se movilizan para cobrar hasta lo que se toca en discotecas u otros lugares públicos, siento una rabia indescriptible hacia ellos. Deberían entender que es gracias a esa "promoción" que la gente compra su música o asiste a sus recitales. Lo de Radiohead fue un golpe duro a una industria que se ha negado a modernizar sus fórmulas, al igual que algunos dirigentes de la música.

foto de The Police en vivoYa he comentado recientemente lo que significó el paso de The Police por el Estadio Nacional, el mejor concierto considerando sonido, puesta en escena, iluminación, chiches tecnológicos y, por sobre todo, calidad de los músicos. En un año en que la nostalgia desbordó los escenarios del mundo con reuniones verdaderamente históricas como la de Led Zepellin hace unas semanas en Londres, y otras un tanto remilgadas como la de Soda Stereo, lo del trío británico fue una demostración de cómo actualizar los repertorios sin destruir su originaria emocionalidad, espíritu y fuerza. Lo mejor... bueno, además de tener a Sabina y Serrat juntos. Claro que mi mayor desilusión fue culpa mía: perderme el concierto de Jorge Drexler. Un viaje de trabajo aguó mis planes de ver al charrúa en el Caupolicán, pero ya me desquitaré. Y cuando Coldplay se presente en un lugar masivo, con una buena acústica y con precios razonables, a no dudar que estará en listas como ésta.

foto de la carátula de JazzualityLas chicas me cautivaron con su creatividad en 2007, así de claro. Más allá de bellas voces, mis oídos y toda mi atención recayó en grandes creadoras, artistas en todo lo amplio de su concepto y no esa definición apresurada de algunos que por tomar un micrófono y aburrir con sus baladas (léase Montaner y otros) se hacen llamar así. Lo álbumes que más me gustaron: "Not too late", de Norah Jones; "Jazzuality", de Carita Boronska; y "No promises", de la primera dama de Francia, Carla Bruni (¡qué horror!). Confieso que esperé algo más de los últimos trabajos de Keren Ann y de Gepe.

imagene de la carátula de Das Parfum OSTAhora bien, uno de los proyectos más poderosos que escuché este año es Verdevioleta, un álbum creado por un colectivo de músicos (Aline Gonçalves, Simón Schriever, Pablo Lecaros, Pedro Villagra, Daniel Rodríguez, Jovanni Novoa, Cecilia Canto, Andrés Pérez), que versiona canciones de Violeta Parra con arreglos jazzísticos: ¡sublime! (ya comentaré más extensamente sobre este trabajo).

Y si bien no son producciones de 2007, este año que pasó me la pasé escuchando a Ammy Amorette y a la argentina Juana Molina. Y en cuanto al cine, la música volvió a lo clásico con el excelente trabajo de Simon Rattle y la Orquesta Filarmónica de Berlín para Das Parfum (El Perfume), la película dirigida por Tom Tykwer basada en el libro de Patrick Süskind.


por Denis Leyton


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The Police en Chile

xx-small;">Comentario sobre el recital de The Police efectuado el 5 de diciembre de 2007 en el Estadio Nacional de Santiago, Chile.

imagen del afiche del concierto de The Police en Chile Fui preparado para lo peor… pero no por los músicos, sino por el entorno. Me puse encima todos los escudos mentales para tener que soportar a aquellos que meten en el mismo saco a Samantha Fox, Virus, The Cure y Yuri. Claro, total, todos son de los ’80, dicen ellos… es que confieso que fui preparado a batirme a duelo con los ochenteros… ya no los soporto. Pero el ambiente estuvo mucho mejor de lo esperado. Lindas chicas como siempre, un aroma tradicional ("y siento un humo como familiar..."), el encuentro con amistades, y personas amantes de la buena música y no los nostálgicos patéticos.

Al ir a ver a THE POLICE me preparé para perdonar tonos altos a los que ya no se llegan con facilidad cuando bordeas los sesenta, y a escuchar versiones más pausadas de las poderosas canciones que alguna vez conocí. Pero no. El grupo al que fui a ver al Estadio Nacional me dio un bofetada, una bien fuerte, pero placentera. ¿Recuerdan a Gardel, ese señor que a pesar de haber muerto en 1935 canta cada día mejor? Pues bien, el vocalista de esta banda sigue su camino a pasos agigantados; las manos del guitarrista parecen haber envejecido sólo un par de años y no veintitantos; y el percusionista… ¿cómo decirlo? Sublime. Sting, Andy Summers y Stewart Copeland han potenciado el repertorio de siempre con elementos de sus experiencias personales de todos estos años. Y se agradece.

foto del escenarioY para un audiovisualista como yo, este concierto fue un festín. Por fin un director con oído musical, que se sabe las canciones, que corta cuando el pulso musical lo indica. Se notó que todo el personal de TV viaja con la banda y que se ensaya mucho. Y si bien nunca me impresiona la tecnología en sí misma, sino qué usos se le dan, aquí las pantallas eran unas actrices coquetas y preciosas, un cuerpo de baile notable, un coro de voces melodiosas. ¡Qué resolución de imágenes!

Los mejores momentos, por lo emotivo, se vivieron al inicio con “Message in a bottle” y luego con “Can’t stand losing you“, “Every little thing she does is magic”, “King of pain”, "Walking on the moon", “So lonely” (el himno masculino de tantos veranos con los amigos) y “Roxanne”. De todos modos, extrañé un poco más de descontrol de parte de los asistentes (de pronto me vi saltando solo), quienes a veces parecían estar más en un teatro que en un estadio.

foto de The Police en vivoAnoche The Police no sólo me provocó el mejor momento musical que he vivido en mucho tiempo, sino que con el paso de las horas me ha generado muchas interrogantes. Por ejemplo, ¿qué pasará una vez concluida la gira? Es que después de verles, no concibo que no se intente un disco con nuevas canciones.

Lo que vimos en el Nacional no fue sólo un repaso de melancolía musical. The Police demostró en el escenario ser una banda tan creativa como antes… quizás mejor que antes. Y en lo personal, al ver el notable show del percusionista (Sting cantaba “bienvenidos al show de Stewart Copeland”), con su gong, sus pequeños platillos y sus accesorios místico-tribales, no dejaba de pensar en una persona en particular.

Es que nunca, y digo NUNCA, conocí a alguien que fuera capaz de acercarse tanto a la capacidad de Copeland, pero que hoy ha decidido deshacerse de su batería para cantar y tocar guitarra; alguien que aprendió a batir bombo, caja y platillos escuchando a The Police en su batería mini y con sus grandes fonos en los oídos cuando era sólo un niño. Nadie más que Francisco González es capaz de batirse a duelo con Stewart Copeland. Aún tengo grabadas en mi mente las imágenes de González tocando en los ensayos… aún me quedo con la boca abierta al recordarlo. Nunca lució esa verdadera capacidad en Lucybell como lo hacía en aquellos años. ¿Será posible que en una nueva etapa pueda compartir la uñeta con las baquetas?

por Denis Leyton

más información en
The Police Sitio Oficial
The Police File
The Police en MySpace
Sitio de Sting
Sitio de Andy Summers
Sitio de Stewart Copeland
Sitio de Henry Padovani (primer guitarrista que tuvo la banda)

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 The Police |  Sting |  Andy Summers |  Stewart Copeland
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CARTA DE UN LEÓN A OTRO, de Juan Carlos Baglietto

foto de Juan Carlos Baglietto La literatura universal nos ha regalado desde tiempos inmemoriales relatos en que animales actúan con características humanas. La mitología, por ejemplo, está cargada de fábulas e historias con personajes de estas características, en especial híbridos, mitad humanos, mitad animales. Cómo olvidar las "Fábulas" de Esopo y, más cercano en el tiempo, los "Cuentos de la Selva", del uruguayo Horacio Quiroga. Esta figura se ha empleado preferentemente para el relato infantil, algo que en el siglo 20 entendieron perfectamente los creadores de dibujos animados, que nos llenaron de personajes como don Gato, Pepe Pótamo o la Pantera Rosa, donde animales parados en dos patas se encargaban de hacernos reír y pensar. Y también había osos, como Yogui y Boo Boo.

En 1970 el argentino Mauricio "Moris" Birabent daba a conocer “El Oso”, que yo conocí en la versión de Celeste Carballo en el ya lejano “Por qué Cantamos” y que después formó parte de la banda sonora de “Tango Feroz” (Marcelo Piñeyro), con la versión del hijo de su autor, Antonio Birabent. Esta canción tuvo la gracia de ponernos en el lugar de un animal para comprender el verdadero concepto de la libertad. Pero fue otra canción nacida de la sensibilidad de un argentino la que me dejó huellas más profundas. No era Yogui sino Melquíades o Leoncio. En 1983 Juan Carlos Baglietto sorprendía con una canción distinta. Ya no era la pena inclemente de “Era en abril”, ni la divagación existencialista de “La vida es una moneda” (que Fito Páez compuso para él a los 17 años).

foto de Chico NovarroSe trataba de “Carta de un león a otro”, algo así como un tango tocado por una guitarra electroacústica muy presente y un leve acompañamiento de teclado en el estribillo. Es que había que dejar vía libre a la voz de Baglietto... y al mensaje de la letra.

Esta creación es obra de un compositor de tangos santafecino nacido en 1933, Chico Novarro, un músico que pasó por orquestas de jazz y el Club del Clan (la versión argentina de la Nueva Ola), hasta que se decidió a componer tangos. En esta canción sorprendió con una letra imposible de no tomar en cuenta, alejada de su estilo, en donde un león en cautiverio le escribe una carta a su hermano que está de gira con un circo. Su letra representa totalmente mi manera de pensar y ver la vida. No hay más análisis que hacer, sólo escucharla y tatuar su mensaje en nuestros cerebros.

Escuchas
CARTA DE UN LEÓN A OTRO

Track 6–“Baglietto” (1983)



Perdón, hermano mío, si te digo
que ganas de escribirte no he tenido
No sé si es el encierro
no sé si es la comida
o el tiempo que ya llevo en esta vida.

Lo cierto es que el zoológico deprime,
y el mal no se redime sin cariño,
si no es por esos niños
que acercan su alegría
sería más amargo todavía.

A ti te irá mejor, espero
viajando por el mundo entero
aunque el domador, según me cuentas
te obligue a trabajar más de la cuenta.

Tú tienes que entender, hermano
que el alma tiene de villano
al no poder mandar a quien quisieran
descargan su poder sobre las fieras.

Muchos humanos
son importantes
silla mediante
látigo en mano.

............

Pero volviendo a mí, nada ha cambiado,
aquí desde que fuimos separados
hay algo, sin embargo,
que noto entre la gente,
parece que miraran diferente.

Sus ojos han perdido algún destello,
como si fueran ellos los cautivos
yo sé lo que te digo
apuesta lo que quieras
que afuera tienen miles de problemas.

Caímos en la selva, hermano
y mira en qué piadosas manos
su aire está viciado de humo y muerte
y quién anticipar puede su suerte.

Volver a la naturaleza
sería su mayor riqueza
allí podrán amarse libremente
y no hay ningún zoológico de gente.

Cuídate hermano
yo no sé cuando
Pero ese día
viene llegando.

por Denis Leyton

más información en
Sitio Web de Juan Carlos Baglietto

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JAZZUALITY, Carita Boronska (2007)

La compositora y cantante Carita Boronska y su nuevo CD "Jazzuality".

Contratapa del álbum Jazzuality Sí, yo también pensaba que sitios como MySpace eran algo así como un fotolog, un espacio para que adolescentes pusieran un aviso para ofrecerse a sí mismos, buscando amigos, parejas o compañía sexual. Bueno, aparte de eso (porque sigue siéndolo), descubrí sus bondades como una eficiente red social, el punto de encuentro donde personas de intereses comunes intercambian información y promocionan sus obras. Así es como encontré una serie de exponentes del cine, del teatro, ¡de la literatura! y de la música de todo el planeta que hoy me tienen francamente sorprendidos por su calidad. Son tantos los artistas que hay en el mundo, que me siento emocionadamente pequeño… ¡hay tanto por descubrir y aprender aún!

De esta manera fue que llegué a esta nueva sorpresa para mí. ¿Por qué las voces del jazz son preferentemente femeninas y la ejecución, masculina? CARITA BORONSKA es una compositora y cantante nacida en la ciudad de Uppsala, a 70 kilómetros al norte de la Estocolmo, la capital de Suecia, allí donde también nació el gran Ingmar Bergman.

Esta artista escandinava lanzó en abril de este año un álbum fenomenal, “Jazzuality”, editado en España, país en el que reside desde hace algunos años.

imagen de la partitura de Crazy WorldEstudió música en Dinamarca y en la Berklee College of Music de Boston, para luego formar bandas, ganar premios como mejor compositora joven, ser profesora y trabajar en publicidad. De hecho, en España hasta hace poco sólo era conocida masivamente como el personaje que canta una canción a su banda desde un teléfono móvil, en un spot de Movistar. Pero desde su llegada a la península ibérica hace unos diez años aproximadamente, ya se había destacado como intérprete en vivo y, sobretodo, como compositora para cine y tv, campo en el que habitualmente las chicas no han desarrollado su talento, lo que demuestra la calidad musical de la sueca (es injusto resumir así una carrera como la ella en tan pocas líneas).

Ves
CRAZY WORLD

track 2


foto de Carita Boronska en vivoAnnika Carita Boronska Uneståhl, de unos treintaitantos que parecen veintialgo, se despachó un disco lleno de gracia, por decir una palabra coloquial que pueda abarcar algo de los atributos presentes en él (arreglos, composiciones, adaptaciones y técnica vocal). Bajo un sugerente título, “Jazzuality”; al amparo de una casa discográfica pequeña, “El pescador de estrellas”; y dirigido y producido por el músico Paco Ortega, el disco es un cuerpo de 11 canciones y un bonus track, preferentemente en inglés, que hacen lucir su voz sin estridencias y acompañada de una banda sólida donde se destaca el sonido y la personalidad del contrabajo a cargo de Antonio “Toño” Miguel (“Killer blow” es sólo una muestra). Boronska compuso seis de las doce canciones, donde “In your eyes” (compuesta junto a Pepe Torres, ese notable pianista que la acompaña), “Crazy World” y “Take the day off”, me parecen las obras de un músico avezado, experto.

Ves
THE BEAT GOES ON

bonus track


De los covers que interpreta Carita, de unos agudos sumamente agradables, hay que decir que también se atreve con lo que parece ser la prueba de fuego para todas las cantantes de jazz: “My funny Valentine”, de Rodgers y Hart. Y por cierto, es uno de los bellos momentos del disco. Como especial es también su versión para “Come together”, de The Beatles. En general, no me gustan las canciones reversionadas, porque rompen su encanto primitivo, incluso cuando sus intérpretes originales realizan cambios en el tiempo para no aburrirse de ellas. Y una de The Beatles… mmm… hay que ser valiente… y creativo. Así es como Carita y sus chicos reinventaron la canción y crearon una nueva manera de aceptarla y disfrutarla, con coros soul y un rapeado de por medio. Para mí, sólo la brasileña Rita Lee en “Bossa’n Beatles” había resultado airosa en una aventura similar. Mis preferidas, en tanto, son el bonus, la adaptación que hizo para la canción de Sony Bono “The beat goes on”, que forma parte de la banda de sonido de la película “La gran vida”, y la versión en inglés para la canción “Estando contigo”, del catalán Augusto Algueró, que aquí se llama “When i’m with you”, donde Carita expone una sensualidad a punto, elegante, sin rebasar. Gran versión (Algueró es uno de esos monstruos musicales que, entre otras gracias, se le ocurrió un día hacer un par de canciones como “Penélope”, el clásico del repertorio de Serrat, y “Noelia”, otro tanto del catálogo de Nino Bravo).

Escuchas
WHEN I’M WITH YOU

track 4




foto de la carátula del álbum JazzualityBueno, he mencionado casi todas las canciones de uno de mis nuevos discos de cabecera, uno que descubrí espiando nueva y buena música para mis oídos en MySpace. Es que al final es uno el que le da vida a las cosas, el que le da uso a las herramientas. Lo demás son prejuicios.

Espero escuchar pronto a Carita jazzeando en español. ¿Y dije además que escribe guiones de cine y que es una prominente realizadora? Me gustan las personas inquietas y que no se encasillan en una sola área. ¿Para qué hacerlo si existe capacidad para poder hacer más?

por Denis Leyton

más información en
Carita Boronska en MySpace
Berklee Music Carita Annika Boronska
El pescador de estrellas Catálogo


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PRIMOGÉNITA, Ammy Amorette (2003)

Ammy Amorette, Primogénita, Jazz.

Seleccionar “Primogénita” (2003) y pulsar play en el reproductor, es encontrarte con la voz más coqueta de la escena jazzística chilena. Pero no se trata sólo de eso, de una bonita voz. AMMY AMORETTE me sorprendió gratamente porque expone diversas técnicas vocales en una suerte de experimentación y de juego. Y como ya he dicho antes, me agrada oír álbumes como éste en donde los músicos parecen divertirse mucho con su trabajo, eso se nota. Pero hay más. Junto con todo lo anterior, hay que sumar el hecho de que escribe casi todas las letras del álbum. Pero, ¿quién es ella? Partamos diciendo que tiene estudios en Canto Lírico en la Universidad Metropolitana y de Intérprete en Canto Popular en la Escuela Moderna de Música, ambas de Santiago; que se trata de uno de los nombres más recurrentes de la escena jazz-pop de Chile; que su nombre, según aclara en su biografía, significa “a mi amor” (idea de su abuela); y que, además de músico, es “emprendedora” y porfiada.

Es que atravesando todas las barreras de la burocracia, la amistocracia, la modacracia y todas esas instituciones oscuras y subterráneas, logró que el jurado del Fondart (Fondo de la cultura y las artes de Chile) le otorgase el dinero necesario para grabar este disco. De todos modos el agradecimiento al “gobierno de Chile” en el librillo del CD parece un tanto excesivo. Es que el resultado habla por sí solo: el gobierno debería dar gracias por poder poner su logo en un trabajo con tanta calidad como éste.

Para “Primogénita” Ammy no se guardó nada y convocó a una lista de músicos de primer nivel: CHRISTIAN GÁLVEZ en bajo; FÉLIX LECAROS en batería; el trompetista SEBASTIÁN JORDÁN; LAUTARO “Talo” QUEVEDO en piano; y AGUSTÍN MOYA en saxo. Pero además de otros personajes que participan en esta obra como TOLY RAMÍREZ, me sorprendió especialmente la colaboración de dos nombres. Ammy hace una renovada (para mí) versión de “Te tendría”, de Rodrigo Santa María, uno de los grandes músicos y compositores que he descubierto en los últimos años y que conocí acompañando a una de mis preferidas, Bárbara Lira, quien en su CD “Cenizas” canta esta misma canción. Y el otro nombre, y tal vez el que más emoción me provoca, es el de Cristian Santis, quien participa en los arreglos de algunas canciones. Este brillante pianista, compositor, arreglador y docente es parte del paisaje de una parte importante de mi historia, puesto que fue un apoyo permanente a comienzos de los ’90 a ese proyecto musical llamado “Kitsch” que integré junto a Vicho, Carlos y Vigliensoni, además de dos vecinos de Santis: Buggy y Pancho González.

Como un simple oyente, no quedo indiferente ante el swing de “A ver” (“esta melodía que me está alucinando”) y ese estribillo que está para cantarlo a coro en vivo, bien fuerte.

Escuchas
A VER

track 1 (arreglos de Cristian Santis)



Cuanto en nuestra vida ha pasado
buscamos el fondo sin llegar a ni un lado
caminos eternos, universos, cantando
esta melodía que me está alucinando

cantos que se van a prender
en momentos de alta y pura magia
puede que tenga este poder
círculo eterno de mil miradas
que vendrán, que se irán
¿dónde están?

dicen que vienen a mí
cuando menos las esperan
dicen que vienen a ti
cuando menos las esperan

cuanto en nuestra vida ha pasado
buscamos el fondo sin llegar a ni un lado
laberinto eterno, universos, cantando
esta melodía que me está acunando

cantos que se van a prender
en momentos de alta y pura magia
puede que tenga este poder
círculo eterno de mil miradas
que vendrán, que se irán
¿dónde están?

dicen que vienen a mí
cuando menos las esperan
dicen que vienen a ti
cuando menos las esperan

cantos que se van a prender...

dicen que vienen a mí...


En “Bienvenido al sur” también nos encontramos frente a una cadencia pegajosa y una letra que alude a un imaginario oasis mental, el sur, donde no debe regir el estrés ni la velocidad de la vida moderna (“no puedo vivir de tu dolor / sácate las normas, por favor / vive del momento con acción / de disfrutar en cada idea / entregándote, aliviándote, mejorándote / bienvenido al sur”). En “Tema 3 ó 4” Ammy hace una declaración de principios a ritmo sincopado, declarándose partidaria de la libertad, la verdad y el optimismo (“sólo sabré / respetar a quien / ama y diga todas las verdades / y sonreiré / a quien pueda ver / de la vida una oportunidad”). También me agrada mucho “Aprofasis”, también compuesta por Santa María, “Bossa y Ron” y “Zamba enamorada” (“Ay, ¡cómo quisiera oírte! / Ay, ¡cómo quisiera amarte! / que si yo no logré llamar / estuve pensando yo en ti / siempre en ti”).

Ammy Amorette posee un proyecto musical paralelo llamado “Bipolar” junto al músico electrónico Ariel “Aéreo” Lechuga.

por Denis Leyton

más información en
Ammy Amorette Cantante y Compositora
Ammy Amorette en MySpace
Bipolar en MySpace


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