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'Frutillas' de Joe Vasconcellos

foto de Joe Vasconcellos¿Los chilenos nos acordamos del folclor sólo para las fiestas patrias? No en mi caso, por lo menos. Guardo en mi cabeza y en mi corazón un pedazo enorme de canciones con raíces indígenas y urbanas, mi principal fuente de folclor. Son fundamentales para mí las obras de Violeta, Víctor, Los Jaivas, Inti Illimani y tantos más que han esparcido la semillita de sonidos originales por nuestros oídos.

Y para que nadie pierda el espíritu ganado en estos días de carnaval, les regalo (y me regalo) "mi cueca favorita", una con verdadero contenido en su letra, como no hay muchas, recogiendo el testimonio en una posta de canciones inteligentes con ritmo cuequero empezadas por maestras y maestros como Violeta Parra, Lalo Parra, Roberto Parra, Nano Núñez, Víctor Jara y Florcita Motuda, entre otros.

La fusión con el jazz y el rock también ha sido una manera excepcional de multiplicar los destinarios de esas creaciones. El autor de "Frutillas", quizás una canción considerada menor en todo su repertorio, es un músico que llegó al planeta en alguna nave espacial para regalarnos armonía a través de las canciones, de la reflexión y de la alegría. Un brasileño-chileno... o chileno-brasileño... un hijo del sol luminoso... ¡un marciano lindo!

Para comenzar la cuenta regresiva del "18" de 2009 con una cuequita mayor.


Escuchas
FRUTILLAS

Track 12 – “Toque” (1995)

Estamos viviendo tiempos,
en que no vale decir
Caramba, ya nadie escucha
las cosas que dice el viento

Más que una razón de ser,
pa’ no querer confundir
Caramba, que las personas
tienen que decirse cosas

Como el río con el tiempo
Como la rosa sureña
Como las reinas hermosas
De Puerto Aysén y su plaza
Como quien dice te quiero
Por ser, mañana nos vemos
comer muchos calafates para volver algún día
comer muchos calafates para volver algún día

Cariño no hay que perder
La fe en lo que hay que decir
Caramba, hay que ser constante
Pa’ que la gente te crea

Vinito pa’ relajar
Es bueno pa’ conversar
Hablar de lo que nos pasa
Caramba, ser más unidos

Como el río con el tiempo
Como la rosa sureña
Como las reinas hermosas
De Puerto Aysén y su plaza
Como quien dice te quiero
Por ser, mañana nos vemos
comer muchos calafates para volver algún día
Comer frutillas de postre para volver algún día


por Denis Leyton


más información en

Sitio oficial de Joe Vasconcellos
Joe Vasconcellos en MySpace
Joe Vasconcellos en LastFM
Joe Vasconcellos en iLike
Grupo Facebook Destino: La música de Joe Vasconcellos
Página en Facebook de Joe Vasconcellos

 

 

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 Joe Vasconcellos |  Frutillas |  Cueca |  Toque
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CARTA DE UN LEÓN A OTRO, de Juan Carlos Baglietto

foto de Juan Carlos Baglietto La literatura universal nos ha regalado desde tiempos inmemoriales relatos en que animales actúan con características humanas. La mitología, por ejemplo, está cargada de fábulas e historias con personajes de estas características, en especial híbridos, mitad humanos, mitad animales. Cómo olvidar las "Fábulas" de Esopo y, más cercano en el tiempo, los "Cuentos de la Selva", del uruguayo Horacio Quiroga. Esta figura se ha empleado preferentemente para el relato infantil, algo que en el siglo 20 entendieron perfectamente los creadores de dibujos animados, que nos llenaron de personajes como don Gato, Pepe Pótamo o la Pantera Rosa, donde animales parados en dos patas se encargaban de hacernos reír y pensar. Y también había osos, como Yogui y Boo Boo.

En 1970 el argentino Mauricio "Moris" Birabent daba a conocer “El Oso”, que yo conocí en la versión de Celeste Carballo en el ya lejano “Por qué Cantamos” y que después formó parte de la banda sonora de “Tango Feroz” (Marcelo Piñeyro), con la versión del hijo de su autor, Antonio Birabent. Esta canción tuvo la gracia de ponernos en el lugar de un animal para comprender el verdadero concepto de la libertad. Pero fue otra canción nacida de la sensibilidad de un argentino la que me dejó huellas más profundas. No era Yogui sino Melquíades o Leoncio. En 1983 Juan Carlos Baglietto sorprendía con una canción distinta. Ya no era la pena inclemente de “Era en abril”, ni la divagación existencialista de “La vida es una moneda” (que Fito Páez compuso para él a los 17 años).

foto de Chico NovarroSe trataba de “Carta de un león a otro”, algo así como un tango tocado por una guitarra electroacústica muy presente y un leve acompañamiento de teclado en el estribillo. Es que había que dejar vía libre a la voz de Baglietto... y al mensaje de la letra.

Esta creación es obra de un compositor de tangos santafecino nacido en 1933, Chico Novarro, un músico que pasó por orquestas de jazz y el Club del Clan (la versión argentina de la Nueva Ola), hasta que se decidió a componer tangos. En esta canción sorprendió con una letra imposible de no tomar en cuenta, alejada de su estilo, en donde un león en cautiverio le escribe una carta a su hermano que está de gira con un circo. Su letra representa totalmente mi manera de pensar y ver la vida. No hay más análisis que hacer, sólo escucharla y tatuar su mensaje en nuestros cerebros.

Escuchas
CARTA DE UN LEÓN A OTRO

Track 6–“Baglietto” (1983)



Perdón, hermano mío, si te digo
que ganas de escribirte no he tenido
No sé si es el encierro
no sé si es la comida
o el tiempo que ya llevo en esta vida.

Lo cierto es que el zoológico deprime,
y el mal no se redime sin cariño,
si no es por esos niños
que acercan su alegría
sería más amargo todavía.

A ti te irá mejor, espero
viajando por el mundo entero
aunque el domador, según me cuentas
te obligue a trabajar más de la cuenta.

Tú tienes que entender, hermano
que el alma tiene de villano
al no poder mandar a quien quisieran
descargan su poder sobre las fieras.

Muchos humanos
son importantes
silla mediante
látigo en mano.

............

Pero volviendo a mí, nada ha cambiado,
aquí desde que fuimos separados
hay algo, sin embargo,
que noto entre la gente,
parece que miraran diferente.

Sus ojos han perdido algún destello,
como si fueran ellos los cautivos
yo sé lo que te digo
apuesta lo que quieras
que afuera tienen miles de problemas.

Caímos en la selva, hermano
y mira en qué piadosas manos
su aire está viciado de humo y muerte
y quién anticipar puede su suerte.

Volver a la naturaleza
sería su mayor riqueza
allí podrán amarse libremente
y no hay ningún zoológico de gente.

Cuídate hermano
yo no sé cuando
Pero ese día
viene llegando.

por Denis Leyton

más información en
Sitio Web de Juan Carlos Baglietto

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