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Coralie Clément en vivo: Ca valait la peine

Presentación de la francesa Coralie Clément realizada el sábado 4 de abril de 2009 en el Centro Cultural Amanda en Santiago, Chile.

Coralie Clement El enfoque de este comentario podrá parecer bastante pueril y superficial para algunos, pero aseguro que está escrito desde la más pura honestidad. Me explico. Resulta que cada vez que vuelvo a ver las imágenes de The Beatles o Elvis tocando en vivo, donde ejércitos de mujeres parecen estar al borde de la histeria y el éxtasis colectivo, siento que pasan y pasan los años, pero comprendernos entre hombres y mujeres parece tarea imposible. Quizás sólo sea mejor gustarnos, necesitarnos y punto, porque traducir actitudes y emociones se hace para uno y otro lado una tarea muy difícil de conseguir. Pero la noche del 3 de abril en el Centro Cultural Amanda, mi cabeza se daba tiempo para repasar estas cavilaciones en medio de las melodías de la francesa CORALIE CLÉMENT, porque algo del modelo femenino se apoderaba silenciosamente de mi cabeza. No era un hombre en el escenario ni una chica en la platea, sino todo lo contrario. Por primera vez me estaba sintiendo próximo a eso de enamorarse de un artista, de querer adularlo, lanzarle papelitos con el número telefónico, enseñarle los senos y regalarle prendas íntimas como expresión de devoción. Sólo cinco metros me mantuvieron separado de ella durante unos 80 minutos y créanme que cada una de esas situaciones pasó por mi mente.

Sí, ya me referiré a su música, pero primero debo escribir unas líneas acerca de un tema que remarqué en mi libreta, una frase encerrada en un círculo que dice “impacto visual”, pero no por la básica iluminación o por un diseño escenográfico más bien sencillo del lugar. No, no, no. Aquí debo referirme a que sin lucir raros peinados nuevos de chica-“artista”, sino un ondulado pelo largo castaño de chica-normal, además de su pantaloncillo rojo (¡diablos!) sobre medias negras, botas negras puntiagudas y una blusa también oscura, Clément se apoderó de todo: del escenario, de las miradas y de mi maxilar inferior, incapaz el muy tonto de volver a su posición habitual que te hace mantener la boca cerrada. Todo su conjunto, su elegante coquetería y, tal vez lo mejor de todo, una simpatía inesperada, me tienen en estado de ensoñación aún 72 horas después. Sólo la había visto en algunos videos y fotos, pero asumí que por ser tan atractiva, cantar tan lindo y ser la hermana de Benjamín Biolay (algo que le da casi como un título nobiliario de la nouvelle chanson française), se trataría de esas mujeres bonitas, pero antipáticas. Pero no. Cuán errado estaba: ¡qué mujer más encantadora!

ToystoreCoralie Clément vino a América en plan de promoción de su tercer disco “Toystore”, pasando por Argentina antes de instalarse en un Santiago que artísticamente se mantenía en vigilia por la muerte del Tío Lalo Parra, pero que por un par de horas se daba permiso para disfrutar del espectáculo de esta artista gala. El disco tiene como constante la utilización de instrumentos sencillos, como de “juguete”: melódica, metalófono, trompeta de bolsillo, flauta o el ukelele, entre otros. Tal como lo hiciera su hermano Benjamín hace un año en el Teatro Oriente, Coralie subió al escenario acompañada sólo de dos músicos, un tecladista y encargado de las bases y pistas pregrabadas (creo que es el mismo que vino con Biolay), y un guitarrista que simplemente se presenta como su complemento natural. Comenzó todo con “L’effet jokari” (El efecto jokari), la canción que abre su último álbum y le siguió un repertorio tal y como yo lo esperaba.

“Ca Valait La Peine” (Esto valía la pena), “So long babylone” (Hasta siempre, Babilonia), “Indécise” (Indecisa), “Paris, dix heures du soir“ (París, diez de la noche), “L’ Enfer“ (El infierno), “Houlala“, “Le baiser permanent” (El beso permanente), “On était bien” (Estábamos bien) y la italiana “Sono io” (Soy yo), entre otras, lograron satisfacer al conocedor de su obra y creo que también a los que fueron a curiosear. Notable también su versión de “Pourtant “ (Sin embargo), de Vanessa Chantal Paradis. Y me gustó mucho su adaptación de “Jardin d’Hiver” (Jardín de Invierno), del desaparecido guitarrista Henry Salvador, uno de los clásicos del jazz francés del siglo 20. De esta canción conocía, aparte de la de su creador, la versión que Keren Ann hizo en su álbum debut “La Biographie de Luka Philipsen” (2000), y la de Benjamín Biolay en vivo en Santiago. Pero esta me gustó más. Una canción tan sensual, recibió todos los honores con la voz de Coralie Clément.

Coralie Clement en ChileEs verdad que el audio no fue uno de los puntos altos, con más de los acoples tolerables y una ecualización del teclado que, si se trató de una propuesta artística del ingeniero, resulta incomprensible, puesto que el sonido de piano muchas veces no se escuchaba y el conjunto de las bases era un bombeo no característico del intimismo de las canciones de la chanteuse. También resultó curioso que ella se lanzara con todas las canciones de corrido, sin reservar algo para el bis, por lo que nuevamente llevó su rosada flauta dulce a los labios para interpretar “C’est la vie” (Es la vida) cuando el público pidió su retorno. Y claro, también se dio tiempo para adular el público, cuando en “Lou” lo incorporó a un coro sencillísimo para felicitarles después, ¿no es linda? Sin embargo, lo simple y natural de Coralie Clément quedó de manifiesto incluso en el momento más complicado de la noche. Después del primer estribillo de “L’ombre et la lumière” (La sombra y la luz), su canción más conocida, simplemente olvidó la letra. Un leve rubor en sus mejillas que hacían juego con su pantalón corto, una risa avergonzada, un estallido de risa, un guitarrista que sigue tocando para que ella se incorpore cuando desee y un aplauso espontáneo que premia eso, lo sencillo, lo natural. Un aplauso que premia a la artista que no necesita de poses ñoñas, discursos populistas, ni falsas actuaciones. El aplauso es por ser simplemente ella misma y sus canciones.

Ves
C’EST LA VIE "Toystore" (track 2)
L’EFFET JOKARI "Toystore" (track 1)
SO LONG BABYLONE "Toystore" (track 11)


“L’ombre et la lumière” resume también un aporte significativo de los hermanos Benjamin y Coralie, la incorporación de la bossa nova a la música acústica europea. Esta canción que tiene una melodía muy hermosa, en el disco “Salle des pas perdus” (Sala de espera) de 2001, posee un arreglo donde destaca una trompeta que marca la melodía característica, además de percusión. Aquí, sin embargo, Coralie la presentó sólo acompañada del guitarrista que se lució con su instrumento acústico de 12 cuerdas.

Coralie ClementQuiero hacer un acápite sobre un punto que me dejó sumamente intranquilo en cuanto al lugar del concierto. Primero, que el “Centro Cultural Amanda” es a la vez un bar que debe vender muchas bebidas, lo que me parece legítimo. Es agradable escuchar música en vivo con una copa o una cerveza en la mano. Pero si el ticket dice “22:00 horas”, el espectáculo no puede empezar 70 minutos después. No me parece una manera elegante de vender más mientras esperas. Se trata de la primera experiencia y creo que deben cuidar ese detalle. En cuanto al espacio, nada qué decir: bonito diseño, pero… ya de entrada se podía notar un cierto perfil de espectador. El lugar está ubicado en Vitacura, la comuna con más plusvalía de Santiago y donde viven las personas con mayor poder económico de Chile. Y el paseo de actores de televisión, animadores y mucho jet set criollo con residencia en “el sector” y estudios en colegios de “la zona”, pues era evidente. Se supone entonces que el producto de la mejor educación del país es el que estaba presente en el lugar. Sin embargo, no encuentro otra palabra que “vergüenza” ante el hecho de tener que hacer callar a la mitad de las personas que simplemente no dejó de hablar a gritos, como si la música interrumpiera su animada conversación; como si se encontraran en un cóctel y la voz de Coralie Clément saliera de una grabación. Tener que pedir silencio a lo más granado de nuestra sociedad para poder escuchar a una artista por la que se pagó una entrada, es sólo el resultado de una falta de respeto y educación enorme. Permítanme la onomatopeya, pero es que al tercer “shhhhhhh” de los que estábamos escuchando un concierto en vivo, hasta la propia cantante puso cara de impresión e incomodidad por lo que sucedía. Vergonzoso. Por suerte ella logró sustraerse a los tontos ilustrados, volvió a sonreír, volvió a impostar esa voz susurrada que provoca cosas y los interesados volvimos a disfrutar de un repertorio de canciones bellas.

Ves
L’ENFER

"Bye Bye Beauté" (track 3)


Ok, fue un comentario en extremo personal, lo sé, pero aclaro que no le lancé una tarjeta con mi teléfono, ni me abrí la camisa, ni le grité obscenidades como tantas veces vi a mujeres hacerlo en conciertos de Bosé, Fito o los Stones. ¡Qué cara de horror habría puesto ella!... ”¡Guardias, llévense a ese tipo!”, habría dicho. Por una noche creí ser como las chicas de fanclubs que sueñan con ir a la cama de su artista favorito cada vez que visitan el país, pero que luego vuelven a la vida normal. Sí, por primera vez quise ser groupie (¿qué será de mí cuando vea en vivo a Émilie Simon?). Por primera vez me acerqué a entender lo que es enamorarse de un artista, soñar con cara de idiota, despertar en medio de un montón de gente, darse cuenta de lo estúpido de todo e irse a casa cantando “Un beau jour une fin d’après midi / on vole aux quatre vents / vers un ailleurs, un atoll, un abri / une rivière de diamants / on oublie les comptes et les débits / les quoi, les où, les quand / simplement, simplement / c’est l’ombre et la lumière / ces petits riens qu’on aimait tant naguère…” (Un buen día al final de una tarde / volamos a los cuatro vientos / hacia otra parte, un atolón, un refugio / un río de diamantes / olvidamos las cuentas y las deudas / los qué, los dónde, los cuándo / simplemente, simplemente / es la sombra y la luz / esas pequeñas cosas que antes nos gustaban tanto).

por Denis Leyton


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Cuando oí a Salif Keita bailé...

Impresiones sobre el concierto de Salif Keita efectuado el 21 de enero de 2009 en Santiago, Chile.

foto de Salif Keita en Santiago a Mil La sensación de pisar el prado del Parque Araucano fue divertida. Fue como haber vuelto al día siguiente de la presentación de Goran Bregović. Como que no había pasado todo un año en medio de ambas fechas… ¡Eso! Como que los aires estivales hacen de Santiago una ciudad tan bella (amo Santiago en verano), que los buenos momentos se quedan pegados en la memoria con su propio calendario. Eso es lo primero. Que ver un concierto a pata pelá echado en el pasto hasta altas horas de la noche es maravillosamente agradable. Si tan sólo la foto de Spencer Tunick hubiese sido en enero, en un lugar como ese y con una temperatura similar... “Santiago a Mil”, el carnaval cultural que cada verano llena las salas y los espacios públicos de la capital de Chile con teatro, danza y música, nos regaló ahora la presencia de SALIF KEITA, un gran maestro de música nacido en Mali que brindó un espectáculo por el que yo pagaría a ojos cerrados... claro, con los valores que se cobran en Chile es posible que pronto los tuviera que abrir. Conciertos gratuitos como este me parecen un regalo casi inmerecido, al menos para mí.

A diferencia de lo que la prensa “especializada” de espectáculos anunciaba, más que una fiesta para bailar (que también lo fue), se trató de una clase magistral de música. Me perdonarán la confianza, pero no conozco mayormente su repertorio, entonces todo lo que emergía del escenario era prácticamente una novedad, salvo un par de canciones que sí conocía.

foto de Salif Keita en Santiago a Mil Y en esta “clase”, el “auditórium” presenció temáticas tales como “¿es posible componer una canción con dos acordes y tocarla por casi 10 minutos, haciéndola parecer una danza de variaciones interminablemente creativas?”. Sí, es posible. La música africana desplegada por Salif Keita se basa mucho en el trance (leer en español, por favor), en la reiteración que no aburre ni por sólo un segundo, porque es envolvente, sensual y alegre.

La clase también incluyó una buena dosis de “humildad”, algo que la industria se encarga de quitarle a muchos músicos y que tan importante es, precisamente, para enarbolar las banderas de “lo magistral”. Los 10 profesores que pisaron el escenario tienen la técnica suficiente para hacer solos que provocarían el delirio de las masas, seguido del inconfundible ritual en que público regala cuotas desbordadas de ego al artista. Sin embargo, cada vez que eso estuvo a punto de ocurrir, el mencionado protocolo era detenido desde la vereda de los propios intérpretes… un aviso de que lo importante es el todo, que la reina es la canción, y no la pirotecnia del virtuoso. El bajista MIKE CLINTON, por ejemplo, ese ser genial que llevaba todo el pulso de la banda, a veces no necesitaba más que marcar la nota para envolverlo todo, para llenar de swing el ambiente y sobre el que se sostiene todo un grupo. Pero cuando era necesario, sólo cuando era necesario, lucía una técnica francamente alucinante.

Imagen y descripción de la Kora Y lo mismo para el resto de los integrantes de la banda: los tres percusionistas, ambas guitarras, las dos fascinantes chicas del coro y el “jali”, el encargado de la Kora o Korá, ese original instrumento suerte de arpa y cítara del que escuchamos un sonido bellísimo y que no es otra cosa que un zapallo musical, literalmente suave, dulce y sabroso. Por supuesto, toda regla tiene su excepción: me basta con que una vez alguien quiera emular a Jimmy Hendrix, tocando de espaldas o con los dientes si es necesario, para mostrar que se trata de un elegido por los dioses. Pero, ¿dos veces? Es mucho. La disculpa quizás vaya porque siendo un instrumento de sonido y forma tan extraña para nuestra cultura, un poco de sobreexposición no venga mal para recordarlo.

Qué bello momento fue cuando Salif Keita se quedó solo con su guitarra. Fueron dos interpretaciones conmovedoras y emocionantes, también de poquitos acordes, pero llenos de figuras y variaciones que, mezcladas con su voz, lograban crear un ambiente difícil de describir para mí. No era ese silencio serio, ni tampoco la melodía de sonrisa fácil. Keita tocando maravillosamente la guitarra creó un ambiente de tensión intermedia. No sé encontrar palabras… ¿así se describirá lo mágico?

Ves
FOLON

pista 9 – Folon


El final, en cambio, con esa publicitada imagen de espectadores bailando en el escenario, me resultó precisamente la postal marketera de un espectáculo que no requiere de esos clichés. Es tan bello todo lo que expone este músico africano, que no es necesario replicar fórmulas como esas. Claro, porque el baile de elegidos por la casualidad podría ser emotivo y festivo; el baile de los invitados VIP, en cambio, parece más bien el desorden aprendido en un guión escrito en fotos de prensa o en algún video “telefónico” de Youtube.

foto de Salif Keita A propósito de video. Por más que las cámaras digitales estuvieran registrando imáganes del concierto para ser editadas después, el resultado de la referencia visual que vimos en las pantallas fue, por lo menos, "desafortunado". La relación del pulso musical con las imágenes es tan potente, que esos detalles deben ser cuidados. Se trataba de Selif Keita, ¡un espectáculo de nivel mundial!, no una fiesta escolar.

Insisto. ¿Dónde debo depositar el dinero de la entrada al show? Sonidos tan maravillosos y un carisma y calidad musical como la del albino malí, es un regalo que no estaba en mis planes y creo que tampoco en las cerca de cuatro o cinco mil personas que asistieron a la cancha del estadio fantasma de la U, el Parque Araucano. Esta es música para el corazón, para cargar la pila del alma, para andar contentito por la vida. Ahora entiendo mejor a Chico Cesar: no sólo bailé cuando lo oí… cuando vi a Selif Keita “aprendí”.

por Denis Leyton

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Site officiel de Salif Keita
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Natalia Molina y Annett Louisan: dulces en distinto frasco

Artículo sobre Natalia Molina, cantautora chilena, y Annett Louisan, cantante alemana.

foto de Annett Louisan y Natalia Moilina La alemana pasea su música ante espectadores formados en un ambiente de respeto y aprecio por las expresiones artísticas; la chilena tiene que vérselas muchas veces con personajes mal educados (flaites con cartón) que no paran de hablar e interrumpir mientras canta. La rubia trabaja con una infraestructura de primer mundo en todos los escenarios en que actúa; la morena debe darse vueltas en pequeños escenarios, incómodos la mayoría, pero llena de energía para tocar. La europea tiene un público objetivo de casi 100 millones de germano-hablantes; la chilena, más de 400 millones de personas divididas por sus cerrados mercados artísticos de países que no aceptan el acento distinto de sus vecinos, sin olvidar a un gran porcentaje de seres que tiene la cabeza puesta en Estados Unidos más que en su propia cultura hispano-parlante. Sin embargo, a pesar de estas circunstancias tan desiguales, ambas imponen sus repertorios con seguridad, creatividad y muchísima dulzura. Al pulsar play sólo te dejas llevar por buenas canciones. En ese “escenario”, ambas “compiten” con igualdad.

Annett Louisan. Nunca he ocultado mi afición por la búsqueda de música en otros idiomas. Me gusta mucho escuchar canciones de otros lugares del mundo que vayan más allá del inglés como lengua de soporte. Hace unos meses mientras escribía, investigaba y me inspiraba en tierras de esta cantante, confieso que me fue difícil encontrar música de mi paladar. Alemania es una cuna insigne, entre otras expresiones, de buen cine y del diseño (toda una revelación para mí), donde su “buen gusto” emociona, tanto a nivel plástico, arquitectónico o urbanístico. Pero, descartando la opera y lo clásico donde los teutones son fundamentales, o el jazz donde la variedad es excelente, confieso que musicalmente su rock demasiado clásico no me mueve; que su pop es, digámoslo, muy de segunda categoría; y la electrónica (creada por ellos) no me mata.

foto de Annett Louisan Hasta que de pronto con su cabellera rubia y llena de picardía, irrumpió la señora ANNETT LOUISAN en mi camino, primero con una decepción al no poder conseguir entradas para verla en la carpa principal del Zelt-Musik-Festival en las afueras de Freiburg (finalmente la escuchamos afuera del recinto con cientos de personas tomando cerveza y echados en el pasto), pero luego como el referente que me acompañó por muchas semanas en la gran nación de Europa. Es que tal vez sea ella una de las pocas exponentes de lo que en nuestra América, España, Francia, Italia o Inglaterra encontramos levantando sólo una piedra en el camino. No sé si es una cuestión del idioma, pero no es fácil hallar una artista que resuma en su repertorio la recuperación de viejos sonidos que se presentan actualizados y vigentes, con la balada inteligente, la que es intervenida con tintes de jazz, bossanova, tango o la pastoril francesa. Frau Louisan es una chica con una voz bellísima, pero sobretodo, con una expresividad que la hace acercarse mucho al estilo de muchas de sus colegas galas, que incorporan la teatralidad no sólo como una cuestión de puesta en escena, sino como una forma de cantar, con una fuerte tendencia a la sátira, logrando que su evidente coquetería, de la que ella misma se ríe, sea una fórmula traviesa de enfatizar su repertorio, más que un simple recurso extra-musical.

¿Mis canciones preferidas?: „Das Spiel” (El Juego), „Das große Erwachen (... und jetzt...)” (El gran despertar), “Torsten Schmidth”, “Chancenlos” (Sin oportunidades), “Beerdigung” (El funeral), „Das alles waer nie passiert” (Todo esto nunca habría pasado) y „Das schlechte gewissen” (La conciencia mala). Discos: “Bohème” (2004); „Unausgesprochen” (No pronunciado-2005); „Das Optimale Leben” (El día óptimo–2007); y „Teilzeithippie” (Hippie de medio tiempo-2008).

Ves
DAS GROβE ERWACHEN (… UND JETZT…)

pista 1 – Unausgesprochen


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foto de Natalia MolinaNatalia Molina. Otra perla que descubrí en MySpace. Para tipos como yo al que se intenta atacar por todos los flancos con bombas de música de los ’80 por la guerrilla generacional que no parece entender que el mundo sigue girando -que los obreros del arte siguen creando-, es muy complicado acceder a este tipo de creación. Pero esta red social donde encuentras a diario un ejército de músicos bisoños, ¡de todo el mundo!, mezclados incluso con viejos exponentes que el sistema ordena olvidar, me permite poder cruzar la puerta y entrar a una sala de sonidos y letras revitalizadoras. Blusera, valsera y sumamente dulce, NATALIA MOLINA es una poeta que también corrió por los pasillos del centro cultural Balmaceda 1215, allí donde a mediados de los ’90 grabáramos videoclips de músicos emergentes para el Canal Rock & Pop con un equipo creativo de esos que se extrañan. Esta característica de ella es algo que se agradece mucho, porque sus canciones no son sólo melodías bonitas. Sus “temas” tienen contenido, un contenido concreto y bien pensado, algo que se hace costumbre en las nuevas chicas de la canción chilena.

“La idea siempre fue dibujar con palabras, escribir con colores y a todo esto agregarle una melodía, así la vida se vuelve más verde y más llevadera. Porque las letras, los trazos y los acordes son ramitas del mismo árbol que el viento ladea hacia el mismo lado. No hay diferencia entre ellas y su fin es el mismo.” Así define Natalia su trabajo, en un resumen que muchos hemos intentado hacer para definir nuestro trabajo, pero nunca con tanta claridad. Por estos días su canción “Alma” comienza a hacerse cada vez más conocida y ya ha ganado algún reconocimiento por ahí. Es bueno, porque así podremos ver su agenda de conciertos multiplicada, y la posibilidad de tener pronto un álbum suyo en las manos se hace más real. Mientras tanto, sus canciones forman parte de su proyecto “Aullidos”, sonidos que seducen mucho y letras que viven bajo el amparo de Erato, la amorosa musa de la poesía.

¿Mis canciones preferidas?: “Alma”, “Revancha”, “El último esfuerzo” y “El final”. Discos: Aún no edita su primer disco.

Ves
ALMA

No forma parte de un álbum (04/01/2009)

Alma,
el aire tratará de abandonarnos,
el tiempo tratará de avejentarnos,
por mientras te escudas en mí.

Alma,
los tontos ya trataron de ignorarnos,
los otros tratarán de aniquilarnos,
por mientras te escudas en mí.

No creas que es tan fácil
dejarse llevar,
El día es el que empieza,
cuando quieres,
sólo quieres terminar.

Alma,
el aire tratará de abandonarnos,
el tiempo tratará de avejentarnos,
por mientras te escudas en mí.

No creas que es tan fácil
dejarse llevar,
El día es el que empieza,
cuando quieres,
sólo quieres terminar.

Alma,
rodar por los caminos no es eterno,
errar es mal de vivos, no de muertos,
por mientras te fundes en mí,
por mientras te fundes en mí,
por mientras te fundes en mí,

por Denis Leyton

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más información en
Sitio oficial de Annett Louisan
Annett Louisan en MySpace
Annett Louisan en Last FM
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Annett Louisan Canal Youtube
Blog de Natalia Molina La Máquina de Aullidos
Natalia Molina en MySpace
Natalia Molina en Facebook
Cuna de Piedras Selección de dibujos de Natalia Molina
Natalia Molina – Aullidos en Podomatic

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La Monine y Sofia Talvik: La Fuerza de la Canción Suave

Artículo sobre las cantautoras La Monine (Chile) y Sofia Talvik (Suecia).

foto de Sofia Talvik y La Monine Sé que en algún momento tendré que referirme más extensamente a ellas, pero tengo una necesidad de clavar una banderilla con sus nombres ahora, porque es lo que estoy escuchando y son parte de todo un cúmulo de “estrellas” nuevas para mí. En este caso en particular, quizás si lo único que una a ambas sea esa suavidad de sus voces que se tornan fuertes en las sensaciones. Separadas por miles de kilómetros, todo un océano, muchos usos horarios y una línea del Ecuador de por medio, han hecho circular su trabajo en la red como fuente fundamental de contacto con un público especial, ese que anda buscando nuevos referentes en medio de una caterva de músicos nóveles que suenan como viejos y viejos que siguen tocando lo de siempre… y han conseguido derribar bastantes mitos sobre la difusión de la música.

Sofia Talvik. Cuando la industria discográfica busca en todo el mundo poner restricciones en relación al uso de internet y nuevas tecnologías, asoman músicos que, tan usuarios que son de estos artilugios como nosotros, se entregan voluntariamente a sus fanáticos para ser capturados en esta red de fuerzas creativas y auditoras que tejen unidas con toda naturalidad. A esta sueca la conocí de casualidad en redes sociales de música como Last FM, iLike y MySpace, lugares donde se mueve con una estrategia simple y libre: regalar canciones.

foto de Sofia Talvik“Free mp3” o “descarga gratuita” dicen los enlaces, y de pronto su voz hermosa se ve envuelta en una relación cercana con mi reproductor. Se buscan, se entienden, se gustan. Y así como yo, muchas personas en todo el mundo se encantaron tanto con ella, que hoy compran de todas maneras sus discos y sus singles, bajan sus demos y provocan una apertura que la ha llevado a ser invitada a festivales como Lollapalooza en Chicago, y tener una agenda de conciertos en alza.

Musicalmente hablando, me sedujo su voz suave y su estilo acústico con una marcada influencia de bandas británicas como “The Cranberries”. SOFIA TALVIK, que compone sus propias canciones, toca la guitarra bastante bien, logrando que su sonido en vivo sea muy similar al buscado en sus grabaciones de estudio: una canción simple. Su álbum debut “Blue Moon”, es prácticamente una sesión acústica en vivo grabada en un estudio. Sólo espero que su prolongada estadía en tierras del Tío Sam no le haga perder ese encanto europeo en manos de esa “latinidad” de plástico de Florida (mejor váyase derechito a la isla que está cerquita de ahí). Por el contrario, ojalá se surta de influencias como Fiona Apple o Norah Jones.

¿Mis canciones preferidas?: “Ghosts”, “As summers pass”, “Beautiful naked” y “Mother’s Way Father’s Way”. Discos: “Blue Monn” (2005); “Street of dreams” (2007); "Jonestown” (2008).

Ves
GHOSTS

pista 1 – Blue Moon


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foto de La Monine La Monine. Karen González, su verdadero nombre, presenta su perfil en MySpace como “canción popular melodramática”, y creo que pocas personas saben definirse mejor que ella en unas cuantas palabras. La Monine (no tentarse con una pronunciación afrancesada, articúlese en español con la “ene” y la “e” al final), pareciera ser una chica intensamente emocional, alguien que siente profundamente y que, por lo tanto, cuando le duele algo, le duele mucho: “La Monine es unipersonal Dramática y melodramática Es una canción de cuna breve que se desvanece Una voz desconocida que le canta a la muerte Una espiral que te envuelve Un verso que quedó en tu mente para siempre…”

Pero no se crea que esta chilena santiaguina explota con gritos desgarrados. Lo suyo es la intimidad, el corazón que busca palparse con las manos suavemente. Cuando escucho sus canciones me la imagino actuando un monólogo acerca de los dolores del alma, esos que sólo encuentran en la composición y en el canto la forma de sanar. Asoma la melancolía, pero la dulzura de su voz y su original forma de componer y arreglar, te llevan rápidamente a la parte alta de la curva, esa que supuestamente empezó abajo, más abajo de la línea de base.

LA MONINE hasta ahora es lo que podría llamarse una artista experimental, una músico (¿está bien dicho “una música” así como decimos “un músico”?) que juega con los sonidos, theremin incluido, dando vida a un repertorio electrónico con una fuerte influencia del folclor (¡creo que así compondría Violeta Parra hoy!), además de una búsqueda visual bastante atractiva, tanto en su propia imagen gótica en rebeldía, como en sus afiches y dibujos donde se aprecian algunos híbridos entre su imagen y sirenas, gatos, caracoles y pulpos. Sus melodías mezcladas con la permanente exploración de sonidos, son profundamente adictivas. ¿Qué le falta para llegar más arriba, ser masiva y que sus obras formen parte del cancionero popular? Pues que ella lo quiera. Falta poco… muy poco.

¿Mis canciones preferidas?: “Alma”, “Angelito chino”, “Luna temprana” y “Fragilidad”. Discos: Aún no edita su primer disco.

Escuchas
ALMA

No forma parte de un álbum (04/01/2009)

He perdido el equilibrio
no me puedo sostener
me quitaste tu cariño
nunca lo pensé perder.

Ya no tengo nada mío
no me puedo contener
¿para qué tengo las piernas?
no lo pude retener.

Alma, pedacito mío
huye de este mal amor
Vuela, cúbrete del frío
dime, ¿dónde quedo yo?

Ya nada tiene sentido
sólo queda esperar
a que venga otro cariño
alguien que me quiera más.

Solamente yo le pido
no me vaya a abandonar
¿para qué tengo los brazos?
no lo pude alcanzar.

Alma, pedacito mío
huye de este mal amor
Vuela, cúbrete del frío
dime, ¿dónde quedo yo?...

por Denis Leyton

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más información en
Sitio oficial de Sofia Talvik
Sofia Talvik en Makaki Music – Independent Record Label
Sofia Talvik en MySpace
Sofia Talvik en Last FM
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Sofia Talvik en Facebook
Grupo Facebook de La Monine
La Monine en MySpace
La Monine en Arte chileno independiente

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Tiempo, Oscar Andrade (1982)

Artículo sobre el álbum "Tiempo" de Oscar Andrade. ¡Qué emoción!... mmm... ¡Atención!

foto de la carátula del álbum TIEMPO Hasta el verano de 1982, el autor de este álbum era un músico al que sólo había visto un par de veces en televisión y del que reconocía por lo menos tres canciones: "Reencarnación", una hermosa composición que sacó el segundo lugar en "Chilenazo", un programa de canciones folclóricas del canal de la Universidad de Chile (hoy esa estación es privada, se llama Chilevisión y se especializa en farándula). Esta canción "folclórica" había llamado mi atención de infante por ser tan distinta de lo que enseñaban en el colegio, como "cantarito de greda de Peñaflor, tu agüita es clara y pura como mi amor" o "Chile, Chile lindo, lindo como un sol, aquí mismito te dejo, hecho un copihue mi corazón". Profundo. Aquí Óscar Andrade recurre a un diálogo con los hombres originarios, homenajeándolos y rescatando su legado cultural para las nuevas generaciones ("y el silencio ha juzgado / tu destino en mi historia / que su origen cambió / por el modernismo oculto / ¿Dónde estás tú / hombre del sur? / y en tu viaje por mi siglo / te has cansado de tratar / que tu moderna versión / no olvide a su original"). Con los años descubrí además que "Reencarnación" incluía armonías y acordes despreciados por un folclor tradicional que no escapa aún a sus simples estructuras, algo que se encargó de romper Violeta Parra, la rockera del folclor, y que huasos de espuelas de plata y trajes millonarios se esmeran en ignorar.

La segunda era todo lo contrario: una adaptación en español de una canción que ya había escuchado en la radio y visto en "The Midnight Special" y "Solid Gold". Se trataba de "Canción Lógica (The Logical Song)" de Super Tramp, que nunca formaría parte de ninguno de los futuros discos de Andrade, con aquellos primeros versos que aún suenan en mi cabeza: "Joven aún mi vida se presentaba ya / fantástica / oh, magnífica, mágica"... "La verdad que corre tras de mí..." o algo así.

foto de Oscar Andrade en vivoFinalmente, la tercera canción sí había logrado ganar el mencionado "Chilenazo", transformándose ya en un llamado de atención para mi precoz cabeza crítica de 11 años, siendo quizás la obra que despertó no sólo mi interés musical y artístico, sino además las alarmas de que el mundo era algo más que los metros cuadrados de la casa, del calorcito hogareño y los amigos del barrio. "Noticiero Crónico" fue la primera "canción con contenido" que escuché en mi vida. Por tratarse del "informativo más completo que haya llegado hasta su casa", su letra estaba cargada de coyunturas y hechos que yo ya podía reconocer, como el atentado a Juan Pablo II, palabras como "terrorista" o frases del estilo "alza del pan". Además descubría por primera vez (o era primera vez que un artista lo hacía con gracia), la potencia de la ironía como medio expresivo ("Por un gol a cero se ha vencido / al alza del pan y otras medidas / que incrementarán el desarrollo / de una creciente economía / ¡qué eficaz! / mmm... / ejemplar"). Se trataba de una canción que empezaba a sonar en las radios en medio de baladas insoportables, con un ritmo "distinto", un sonido extraño y una forma claramente inusual, el relato cantado bajo la figura de un informativo de televisión.


Festival del Viña del Mar de 1982: el descubrimiento

Todo eso rondaba de manera desordenada en mi cabeza para comienzos del verano de 1982, hasta la noche en que esperaba ver en el Festival de Viña del Mar quiénes eran los que cantaban "De do do do, De da da da". Pero de pronto me encontré con Óscar Andrade bajo la concha acústica como parte del show... y el caset regalado por mi hermano mayor dispuesto para The Police (¡mi primer caset!), vio soltar la pausa del deck para inmortalizarlo y dejar su música grabada para siempre en mi mente, como si de un tatuaje sonoro se tratara.

No recuerdo detalles como cuántas canciones tocó o el orden de las mismas, pero sí tengo presentes algunas cosas que me marcaron. Por ejemplo, era la primera vez que vi a un joven músico pop mencionar el nombre "Violeta Parra" con soltura, sin la vergüenza que muchos compatriotas denotan ante expresiones folclóricas, y despachándose una canción que yo conocía, "Casamiento de negros", en una versión en extremo potente, con batería y punteo de guitarra eléctrica incluidos... ¿a qué jugaban las profesoras del colegio que no nos mostraban esto?

Ves
NOTICIERO CRÓNICO

Track 6 – Tiempo

A continuación le ofreceremos
las noticias frescas emanadas
del informativo más completo
que haya llegado hasta su casa
¡qué emoción!... mmm... ¡atención!

Por un gol a cero se ha vencido
al alza del pan y otras medidas
que incrementarán el desarrollo
de una creciente economía
¡qué eficazzzzzzz!... mmm... ejemplar.

Más de cien personas fueron muertas
y otras tantas sólo mutiladas
por un terrorista que gritaba
que sus ideales aportaban...
¡oh, perdón!... mmm... comercial.

¡Urgente nos llega desde el cable
que en Roma fue herido el Santo Padre!
por quererle dar unas migajas
de amor y bondad a nuestra raza
¿no hay por dios... mmm... comprensión?

Mientras que en oriente y occidente
viven de las guerras y muy decentes,
Desde algunas partes se ha informado
que allí sólo el hambre ha progresado
¡no hay razón!... mmm... no hay amor...

Hoy les hablaré poco del tiempo
pues ha sido regio esta semana
disfrutarán de un sol radiante
fue un gran placer y hasta mañana
hasta mañana.


Con sólo once años descubrí que esa barrera que algunos ponen entre los géneros es sólo una forma de dividir la música. Lo confirmé años más tarde con Los Jaivas, luego con Joe Vasconcellos, con Charly cantando a dúo con la negra Soza, con Subhira y con Norah Jones, entre tantos otros: la fusión no es sólo una palabra aplicable al jazz. Es una herramienta para la libertad creativa. Me gustó también su actitud escénica que parecía mezclar un nerviosismo sin intención de ser ocultado, con una seguridad evidente en su repertorio; una voz más bien aguda, pero sumamente agradable y potente; y una ironía que empezaba a identificarme profundamente. No en vano de niño me gustaron las películas de Peter Sellers y Woody Allen.

foto de Oscar Andrade en el festival de Viña del Mar ’82Si todas sus canciones me resultaban raras, pero sorprendentes, "Pan y Circo" resultó ser la amalgama perfecta de sonidos nuevos con crítica directa y atrevida, en este caso a aquellos que sólo se mueven por dinero, siempre de la mano del sarcasmo como un recurso que empezaba a ser recurrente ("hoy no quiero ser la historia / prefiero ser la parte más alta del gran circo de la fama y luz / crear de acuerdo al rating / cantar lo que es de moda y falsa inspiración / mira que todo es bueno, total si es por dinero, ¿qué más da?").

Pero Óscar Andrade no sólo se transformó en el mejor compositor e intérprete que haya "apreciado" jamás (Fernando Ubiergo era lo más cercano, pero no tenía ni la fuerza ni la chispa que descubrí esa noche). Es que el talquino también pasó a ser un excelente medio para validar el repertorio de otros artistas cuestionados sólo por su cara externa. Vestido de chaqueta y sin separarse de su guitarra electroacústica tipo ovation (yo ya quería tener una así), anunció que cantaría una canción de ¡Florcita Motuda!, un "loco" que se mostró al mundo con traje plástico y gafas de buceo, y que revolucionó a la conservadora sociedad chilena cantando "Pobrecito mortal si quieres ver menos televisión, descubrirás que aburrido estarás por la tarde" en el Teatro Municipal de Santiago. La verdad es que yo ya estaba en éxtasis.

foto de Florcita MotudaMe caía increíblemente bien Florcita, pero todo el mundo lo tildaba de loco y su obra aún no era del todo valorada (todavía muchos sólo lo ven como un excéntrico y no como el maestro que es). "Pronto Amanecerá", una de las canciones más bellas compuestas por el Flor, pero menos conocidas y también participante del mencionado "Chilenazo", se transformó en un himno gracias a la voz de Óscar Andrade ("yo soy joven y tengo mucho miedo a la muerte / ninguna ideología me ofrece respuestas / me entorpece el pasado, el presente, el futuro / angustiándome de más / Tengo miedo, yo le confesé / ¿A qué temes?, él me preguntó / Tengo miedo que el último día me encuentre temblando / temblando de miedo a la muerte, lo sé / lo sé, lo sé / Cuando el sol se paga en el mar / pensarás que el sol se ha muerto / Pero aunque no lo veas tú / tras la tierra está viviendo").

Esa noche el cantautor se llevó todos los premios y los gritos de las chicas; y yo finalmente entendí que "Noticiero Crónico" había ganado el concurso de canciones folclóricas de TV porque se trataba de un trote nortino, pero no evidente. En su versión actual, Andrade nuevamente juega y transforma las letras con total acierto, marcando una diferencia entre la imagen "bondadosa" del polaco Wojtyla y el nuevo regente bávaro del Vaticano: "Urgente nos llega desde el cable / que la Europa tiene un Santo Padre / para dar no más que unas migajas / de toda la verdad a nuestra raza / no hay con dios... mmm... comprensión". Notable. Igual vi a The Police después. Como dije, tenía 11 años y nunca la música me había interesado tanto como esa noche. La descubrí gracias a Óscar Andrade y The Police, pero fue el cantautor quien se transformó en el modelo, en el culpable de haber aprendido a tocar la guitarra sólo para cantar canciones y querer decir cosas.


"Tiempo", un álbum símbolo del Canto Nuevo

foto de Oscar Andrade en vivoEse mismo año, entre propuestas televisivas y radiales del mercado musical en español muy tediosas y carentes de talento (con la excepción de dignos entrometidos en aquellas programaciones como Ana Belén, Víctor Manuel, Serrat o Silvio Rodríguez), como también en medio del enorme bombardeo anglosajón proveniente de radios FM como Carolina, La Ciudad y Concierto, emergía a la superficie un movimiento de artistas que poco a poco daba a conocer sus críticas canciones en medio de un país gobernado por una dictadura que no toleraba ese tipo de demostraciones culturales. Se trataba en su mayoría de cantautores que se presentaban con su guitarra en pequeños escenarios que se transformaron en los pocos lugares donde se podía respirar libre expresión. En medio de este panorama, y en una radio como Galaxia cuyos dueños eran partidarios del régimen militar, surgía colado, entrometido, el programa "Hecho en Chile" de Sergio Pirincho Cárcamo, como un espacio que promovía estas creaciones, muchas de ellas provenientes directamente de casets grabados de manera precaria. Y uno que llenó muchos minutos de esa programación fue Óscar Andrade, quien apoyado por el sello SyM de las hermanas Von Schrebler -las mismas del dúo de boleros Sonia y Myriam y que editaron también a Los Jaivas, Eduardo Gatti y Hugo Moraga-, publicó su primer álbum titulado "Tiempo".

imagen del logo del sello SyMEn Chile, por carecer de una industria que fabricara discos de vinilo tras el cierre de la IRT, sólo conocimos la versión en caset. En Argentina, RCA sí lo editó en long play, pero "Noticiero Crónico" fue censurado por las radios por recomendación de la junta militar albiceleste que la consideró una "canción protesta".

Al momento de recibir su "antorcha de plata" en Viña del Mar, Andrade hizo referencia a este movimiento musical, el canto nuevo, y tomó el obsequio como un reconocimiento público hacia sus colegas. El joven músico que se movía como pulga en el oído por los estudios de televisión, donde era tildado de rebelde, comenzaba a descubrir a sus pares contestatarios que tocaban en sitios más íntimos como el Café del Cerro en la calle Ernesto Pinto Lagarrigue, pero donde igual sintió el resentimiento de algunos que lo veían sólo como un "producto de la tele". Para Andrade cantar en televisión y participar en festivales no era sólo una cuestión de modas o dinero para vivir: era también una manera de masificar su contenido, algo que se transformó en una lucha que dura hasta el día de hoy.

foto de una presentación en el Café del CerroLas canciones de raíz folclórica que escuché en Viña eran acompañadas en el "disco" por tres canciones cuya temática abordaba las vicisitudes de la vida del músico y su lucha por mantener en pie su voluntad, como "El Vuelo" ("desde un umbral sin genio ni amor / te atrapan y ofrecen un mundo irreal / desde un umbral un pincel de metal / te mancha la esencia / que dios no les quiso brindar"), o "Canción sin voz" ("la noche muestra en sus fauces / las calles de la ciudad / que en mil luces se resisten / a dejarse devorar / siendo esta noche bohemia / la testigo a presenciar / los quebrantos de un artista / por sus sueños sin lograr"), donde destacaba la flauta traversa de Sebastián Palacios, otro de sus colaboradores habituales y que rememoraba a Ian Anderson en Jethro Tull. Pero Andrade también tenía una marcada influencia del Rock Progresivo, muy presente en "Samba Espacial" y sus sonidos sintetizados fundidos con una guitarra acústica siempre presente ("variados astros de luz / se encienden para iluminar mi actuación / mi canto espacial quiere surcar / el espacio y así libre quedar / de la gravedad") con un aire similar al de muchas canciones de los también británicos Emerson, Lake & Palmer. Tan admirador de esta banda era Andrade, que no es difícil adivinar de dónde provino el nombre de su primer hijo para quien compuso una canción que también es parte de Tiempo: "Emerson" ("y paso a paso descubrirás / que recibir y dar es bello / sin esperar pago al final / pues un amigo no es comercio").


Benedetti

Sin embargo, es otra canción la que muchos descubrimos en este trabajo y que se transformó no sólo en un corte de venas colectivo para unas cuantas generaciones. "La Tregua", una canción que Andrade fue puliendo en su letra y música con el paso del tiempo, fue, es y será uno de los clásicos del cancionero popular chileno, una de las canciones de amor más hermosas que se hayan compuesto.

Escuchas
LA TREGUA (versión 1982)

Track 7 – Tiempo

Dónde está el mundo que
dijimos nunca iba a acabar,
Dónde está el mundo que
vivimos sin medir
lo que era nuestra edad.

Tu juventud me hizo soñar
y en mis canas brilló el sol
tu libertad vació en mí
todo lo que un hombre
quisiera sentir.

Y hoy el cambio
me impide resistir
un amor con fin.

Gracias por la tregua
que le diste a mi existir
gracias por la forma
de hacerme ver que yo también
sé de amor.

El tiempo va sin regresar
llevándose los hechos,
dejando atrás mi realidad
y haciendo del presente
mil recuerdos.

Que se crearon
del futuro que acabó
en el ayer.

Gracias por tu cuerpo,
gracias por amarme así,
gracias por tu vida
que no viviré.

Gracias por la tregua
que le diste a mi existir
gracias por la forma
de hacerme ver que yo también
sé de amor.


foto de Mario BenedettiPero Óscar Andrade no sólo es importante por sus canciones, por ser un compositor notable y promotor de la obra de otros músicos. También es el "culpable" de que muchos de nosotros hayamos conocido a uno de los escritores latinoamericanos más importantes de la literatura universal.

"Basada en la novela homónima de Mario Benedetti" señalaba el paréntesis que acompañaba el título de la canción en el cuadernillo del caset... y yo, como tantos más, corrí a investigarlo y descubrirlo. En el camino pude conocer poemas aún atesorados ("Te quiero", "Táctica y estrategia", "Ausencia de Dios", "Defensa de la alegría", "Si Dios fuera una mujer"), sus cuentos, sus ensayos y sus novelas. Y fue al leer "La Tregua" que descubrí que la literatura "amorosa" era un medio mucho más poderoso del que creía hasta entonces. Martín Santomé, un cincuentón viudo sumido en la rutina y oscuridad de los años, conoce a una chica de 24, Laura Avellaneda, que llega cual ángel enviado por los dioses a llenar de esperanza su vida gris, a hacer brillar sus canas la sol, a hacerlo soñar con su juventud... hasta que la tragedia se instala para desafiarlo, como en la vida misma, como en los libros. Fue la primera vez que lloré con una lectura, y todavía me emociona recordarla. Es que en aquella época, cada chica que se marchaba o cada chica que te rechazaba, era una Laura que moría haciéndote desgarrar de dolor por el amor que se iba... o que nunca fue.

Los productores televisivos en 1978 ni soñaban que una de las canciones postulantes al siempre mediocre Festival OTI, se basaba en la obra del uruguayo (yo creo que ni lo conocían), y que su compositor e intérprete, nacido en Talca, hijo de un entrenador de fútbol y que en sus inicios cantaba en trenes por unas monedas, no sólo era una figura promisoria, sino uno de los más grandes talentos de la cultura chilena, un agudo corresponsal de este "tiempo", uno que aún tendría más capítulos que escribir y cantar, y que ya contaré cuando me refiera más adelante a sus álbumes "Vida", "En tour..." y al alemán "Desde la luz".

por Denis Leyton

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Óscar Andrade en Last FM
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Subhira… pacífica provocación musical

Artículo sobre la trayectoria del músico Subhira (Rodrigo Cepeda).

Si hay un músico que a través de su obra me sacó de los esquemas rígidos a los que mi trabajo y mi pasado musical me tenían acostumbrado y amarrado, ese es Subhira… o simplemente Rodrigo Cepeda. Su primer álbum marcó tan profundamente mi sensibilidad, que fue uno de los pocos sonidos que acompañaron mi viaje a las tinieblas musicales en las que vagué durante buena parte de los ’90 y el inicio del nuevo siglo, sin encontrar nada que me identificara y me reencantara... ¡qué importante es tener una banda sonora que acompañe nuestras propias historias!

El piano que evoca las travesías de este músico por los parajes del sur de Chile y de otras circunstancias de su vida de las que fui testigo en una pequeña parte (“Cahuelmó”, 1995), es tal vez tan provocador como propuestas más ruidosas o “comerciales” que inundan nuestros oídos, incluso en la escena indie, porque bordea la melancolía y la belleza, en un juego al límite entre la tristeza y el goce. “Cahuelmó”, “Sofía”, “Seng Po” y “Asturias”, por ejemplo, son ensoñadoras y nostálgicas a la vez, llenando espacios, desenterrando recuerdos, provocando la imaginación de diversas situaciones.

Me pasa mucho con “Arrayán”, donde logro “recordarme” tras el vidrio empañado por la lluvia, al calor de una salamandra, observando esas montañas de la pre-cordillera andina que parecieran venirse encima de uno.

Según explica en el álbum el propio Subhira, “Cahuelmó” debe su nombre a “uno de los lugares más hermosos e inspiradores que he conocido”. Se encuentra en la Región de Los Lagos, Chile, en lo que hoy es el Parque Pumalín. “Laguna Escondida” es una pieza tan hermosa, elevada, tal como “Valecito” o “Consuelo”, tres composiciones que forman parte de su siguiente CD, “Cañi” (1998), un homenaje a las tierras mapuches protegidas en el Santuario y modelo de conservación El Cañi, en la bifurcación del camino que une Pucón con Caburgua. “Pehuén”, denominación que el pueblo mapuche hace de la araucaria, es aquí el nombre del séptimo track que mezcla el piano con ritmo e instrumentos de los hombres de la tierra. Emocionante. Esa búsqueda del sonido clásico con el étnico se torna emocionante.

Cañi (1998)Cuando escuché estos dos trabajos por primera vez, pensé que se trataban de soundtracks de películas que nadie filmó, pero cuyas imágenes asoman por sí solas. Es que no se trata sólo de un músico, su piano y sus amigos que lo acompañan: es la mezcla de sonidos “occidentales” con ritmos folclóricos que se incorporan sutiles a alguna escena de exteriores en medio de la selva sureña, entre mañíos, lengas, aguas termales y los lagos; es la voz femenina de un coro que atrae los recuerdos de algún protagonista con la mirada perdida hacia algún volcán; es el personaje en primer plano que sonríe dichoso por su hallazgo de paz interior, mientras pasamos al plano general de él en medio de aves, lluvia y sus gotas que bajan por las hojas de los coigües y raulíes.

Escuchas
CAHUELMÓ

Track 1 – álbum homónimo (1995)

Con estos dos álbumes se reveló además una faceta inquieta en la que el músico se transformó en un empresario que no perdió la sensibilidad creativa, dando vida a la casa discográfica “Mundovivo” con la que edita sus trabajos, además de discos de artistas y bandas como Andrés Condon (cuerdas maravillosas), Viento Celta, Entrama, Romá (música gitana), Carlos Pérez y Prahba, entre otros. Este sello se define como “independiente, especializado en Música Electroacústica, World Beat, Nueva Era y toda expresión musical que vaya por un camino de bien para el mundo”.

La discografía de Subhira cierra un ciclo de lo que él llama la trilogía al editar “Travesía” (1999), una serie de ritmos y sonidos que, manteniendo el sello ya característico de su piano, se inspiran en diversos lugares de Chile y su naturaleza, como “Norte y Cal” y “Licancabur” por el norte, o “Marichiweu” y “Caleuche” por el sur.

Pero que no se espere encontrar folclor puro aquí: estas son personales adaptaciones e inspiraciones que esos lugares, su fauna o sus mitologías provocaron en el autor. Por cierto, la mezcla del instrumento clásico con el autóctono sigue marcando una pauta de elegancia en su trabajo, como el charango en “Parinas”.

Es verdad, y quizás se pueda desprender de este relato, yo conozco a Rodrigo Cepeda. Y si bien uno tiene muchos amigos en la vida, no escribe un post de cada uno de ellos. Eso me da la tranquilidad para exponerlo aquí como el gran artista que es. Lo conocí hace muchísimos años cuando dirigí un video de su grupo Equs para el Canal 2 Rock & Pop, con Sol Aravena y Prahba como integrantes… y unas bailarinas muy guapas (ya contaré mi historia de cómo pretendo rescatar de una bodega de Radio Cooperativa todo el trabajo de aquella época). Rodrigo era además quien ponía la música cada tarde en un programa en vivo de competencias escolares que animaba el Rumpy en el mismo canal extinto.

Hace unos meses la casualidad nos llevó a encontrarnos después de muchos años en la otra mitad del planeta. Subhira viaja todos los veranos europeos a tocar en tierras alemanas, donde existe un respetable circuito de personas que consumen “música del mundo”.

Es así como en Frankfurt, en medio de conversaciones sobre la escena musical chilena, los fondos concursables, los proyectos audiovisuales y las chicas como motor de inspiración, escuché por primera vez completo su último proyecto, “Transubhiriano” (2007), un disco doble (¡de hermoso diseño!), en que su trabajo se acerca al trance musical y la meditación bailable, por llamarlo de alguna manera.

Ves
332 (en vivo)

Track 1 – Disco "Gira" del Transubhitiano (2007)

El disco A, subtitulado “Gira” se vale de temas larguísimos que incorporan gratamente la percusión y el sonido electrónico. En “332” lucen los accesorios y el juego vocal de Joe Vasconcellos, en una intensidad interpretativa desconocida en sus propias canciones; en “Desiertrance” escuchamos la quena y el quenacho a cargo de Patricio Quilodrán; la voz de Sol Aravena vuelve a sonar familiar en “Estación Impar”; y Joe regresa a su esencia, la percusión, en “Afrika”. El disco B se llama “Trip”, una experiencia extraña al comienzo, pero de fácil "absorción": se trata de bases rítmicas tecnos que evocan a la Love Parade, la Siegessäule y la Alameda repleta de gente bailando, todo combinado con sonidos étnicos africanos o americanos. Buenísimo. El final de “Santag”, con el contrapunto vocal de Sol y Joe jugando con una melodía que recuerda al “qué dirá el santo padre que vive en Roma” de Violeta Parra, es genial. En “Teoafrikano” incluso asoma un violín y juegos vocales estilo klezmer.

“Transubhiriano, Gira-Trip” es toda una sorpresa para los acostumbrados al sonido reposado de sus 3 discos como Subhira, pero que demuestran que estamos frente a uno de los músicos más talentosos de la actualidad. Espero (y trabajo en mi aporte) una pronta presencia de su trabajo en el cine.

por Denis Leyton

más información en
Sitio oficial de Subhira
Subhira en MySpace
MySpace de Transubhriano
Sitio del sello Mundovivo
Club de fans en Facebook
Subhiramusic Youtube

 

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 Subhira |  Rodrigo Cepeda |  Mundovivo |  Transubhiriano
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'Frutillas' de Joe Vasconcellos

foto de Joe Vasconcellos¿Los chilenos nos acordamos del folclor sólo para las fiestas patrias? No en mi caso, por lo menos. Guardo en mi cabeza y en mi corazón un pedazo enorme de canciones con raíces indígenas y urbanas, mi principal fuente de folclor. Son fundamentales para mí las obras de Violeta, Víctor, Los Jaivas, Inti Illimani y tantos más que han esparcido la semillita de sonidos originales por nuestros oídos.

Y para que nadie pierda el espíritu ganado en estos días de carnaval, les regalo (y me regalo) "mi cueca favorita", una con verdadero contenido en su letra, como no hay muchas, recogiendo el testimonio en una posta de canciones inteligentes con ritmo cuequero empezadas por maestras y maestros como Violeta Parra, Lalo Parra, Roberto Parra, Nano Núñez, Víctor Jara y Florcita Motuda, entre otros.

La fusión con el jazz y el rock también ha sido una manera excepcional de multiplicar los destinarios de esas creaciones. El autor de "Frutillas", quizás una canción considerada menor en todo su repertorio, es un músico que llegó al planeta en alguna nave espacial para regalarnos armonía a través de las canciones, de la reflexión y de la alegría. Un brasileño-chileno... o chileno-brasileño... un hijo del sol luminoso... ¡un marciano lindo!

Para comenzar la cuenta regresiva del "18" de 2009 con una cuequita mayor.


Escuchas
FRUTILLAS

Track 12 – “Toque” (1995)

Estamos viviendo tiempos,
en que no vale decir
Caramba, ya nadie escucha
las cosas que dice el viento

Más que una razón de ser,
pa’ no querer confundir
Caramba, que las personas
tienen que decirse cosas

Como el río con el tiempo
Como la rosa sureña
Como las reinas hermosas
De Puerto Aysén y su plaza
Como quien dice te quiero
Por ser, mañana nos vemos
comer muchos calafates para volver algún día
comer muchos calafates para volver algún día

Cariño no hay que perder
La fe en lo que hay que decir
Caramba, hay que ser constante
Pa’ que la gente te crea

Vinito pa’ relajar
Es bueno pa’ conversar
Hablar de lo que nos pasa
Caramba, ser más unidos

Como el río con el tiempo
Como la rosa sureña
Como las reinas hermosas
De Puerto Aysén y su plaza
Como quien dice te quiero
Por ser, mañana nos vemos
comer muchos calafates para volver algún día
Comer frutillas de postre para volver algún día


por Denis Leyton


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Joe Vasconcellos en MySpace
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 Joe Vasconcellos |  Frutillas |  Cueca |  Toque
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Jorge Drexler... cara b

Comentario sobre el concierto de Jorge Drexler efectuado el 30 de mayo de 2008 en el Teatro Caupolicán de Santiago, Chile, ante cuatro mil espectadores.

Jorge Drexler en Chile. (cc) Denis Leyton En los años ’80 muchos de los cantautores que eran escuchados en Latinoamérica gozaban de gran popularidad a pesar de ser ignorados por los medios de comunicación, los que en su gran mayoría obedecían a la censura de las dictaduras militares que regían nuestros países. Pero parece que no era el único motivo.

La noche del viernes en el Caupolicán, el uruguayo JORGE DREXLER, conocedor de la escasa difusión de su trabajo en las radios y televisión de Chile, le preguntaba a la audiencia "¿de dónde conocen esas canciones si son tan viejas?". Es que al igual que hace veinticinco años, aquellos que se atreven a hacer "música de autor", a veces con banda, a veces sólo acompañados de su guitarra, siguen siendo despreciados por un dudoso grupo de seres que manejan los gustos de las masas. Aunque parece que no sólo era un asunto político. Durante años nos convencieron que estos músicos disminuían ratings o que no era rentable producir sus discos o conciertos, pero los cuatro mil espectadores que repletaron el recinto de la calle San Diego, demostraron cuan equivocados están los cerebros del espectáculo.

Jorge Drexler es el modelo evolutivo perfecto de la trova americana: conserva la poesía, la guitarra, la crítica y la ironía, pero se ha abierto a la puesta en escena, al show que, dentro de los matices del género, busca algo que vaya más allá del músico que se sienta a cantar, incorporando la iluminación y los juguetes tecnológicos a su propuesta. Y claro, es un artista de los tiempos, porque la respuesta a su pregunta es clara: su público conoció sus canciones bajándolas de Internet. Pero esto que pareciera ser una infidelidad en la era informática, no es tal. La sala llena y los discos que se van comprando en la medida que el repertorio se hace más conocido, demuestran que la sociedad entre los músicos y las P2P (emule, ares, limewire, utorrent, etc.), puede perfectamente ser una relación amistosa y no dramática como intentan convencernos los sindicatos de músicos y los directivos de las casas discográficas. El público de Drexler es la evolución del espectador que, inquieto, buscaba en los casets piratas lo que hoy encuentra en mp3.

La de anoche, la primera presentación en vivo que presencio del charrúa, fue una de esas fotografías mentales que te guardas para siempre. Drexler, de "riguroso" traje negro, con corbata y zapatillas, se sentía bien. Se le notaba. Intentaba no caer en lugares comunes, pero no pudo evitar coquetear con su público, agradeciendo una y otra vez la calidez recibida. Pero contraatacó con un homenaje a Violeta Parra, incluyendo versos de "Gracias a la Vida" en "Un país con el nombre de un río" y "Disneylandia".

¿Y qué se puede decir de lo musical? Es difícil no repetir lo gran guitarrista que es o lo bonito que canta. ¡O cómo escribe el maldito! Pero lo que presenta en esta etapa de su carrera, en un CD en vivo titulado "Cara B", es una apuesta interesante de "sonidos". Como que, aburrido de tocar las canciones siempre de la misma manera (la lista de canciones fue básicamente igual a "Cara B" y casi en el mismo orden), se le ocurre hacer travesuras con sus canciones "engañando" a los espectadores, rompiendo las cadencias, entrando antes o después de los pulsos habituales.


Escuchas
GUITARRA Y VOS

track 5 (cd 1)



Y, violando los "estrictos" códigos técnicos, abandona el micrófono para cantar "a lo lejos" en repetidas ocasiones. Pero, por supuesto, lo más novedoso de su actuación es la ausencia de banda de acompañamiento, reemplazada por emuladores que graban en directo (como lo hacen las francesas Camille y Anaïs, por nombrar a algunas artistas que usan este método), mezclando voces y guitarras con sonidos registrados en la ciudad (timbres de bicicleta, partidos de básquetbol o tráfico urbano), además de sonidos sintetizados e instrumentos puestos nuevamente de moda como el theremin.

Drexler se sentó en el escenario a jugar con su destacamento de efectos de pedal... y el teatro parecía por momentos un cine en el que veíamos la película de un músico ensayando en su casa con sus efectos nuevos. Otras veces, parecía el amigo del grupo que canta y toca guitarra al que se le piden canciones en una reunión. Y él dice, ok, no estaba preparado, pero vamos a intentarlo... pero hace tiempo que no la canto, ¿cómo era?... a ver... esperen, la voy a repasar... cómo es: ta, ta, tan... mmm... SI bemol le gritan de la galería y él lo prueba y dice, hey, no, no es SI bemol, ni do menor... ah, sí es FA Mayor... sí... ya, ahora sí, cantemos... y todo eso ante una multitud. Es que "ya sabés la verdad, que no hay nada peor para esta seriedad que tomársela en serio".

¿Algo malo? Sí: la estridencia de la guitarra en "El pianista del gueto de Varsovia". Quizás lo único. Es que fue una noche agradable, cálida, donde los 3ºC que había en Santiago la noche del viernes 30 no tenían permiso para entrar al Caupolicán. Fue una noche en que el mal gusto de los líderes de opinión de este país y los genios de la industria quedó demostrada: ni se asomaron.

Jorge Drexler, Pedro Aznar, Paulino Moska o Kevin Johansen, son sólo algunos que trabajan una manera paralela de "industrializar" la música, a pesar de tener contratos con transnacionales. Es la arremetida del "mercado 2", aquel que no se rige por el lado oscuro de la producción musical, con artistas que no tranzan la calidad y el mensaje por unos dólares más... y un público absolutamente exigente, pero fiel. Tan fiel.

Si no es política, ¿cuál es la razón para tanto desprecio por la "música de autor"?

por Denis Leyton

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