FESTIVAL DE LA CANCIÓN DE VIÑA DEL MAR: ¡es gratis!, ¿qué más?
Opinión sobre el Festival de la Canción de Viña del Mar.
¿El Festival de la Canción de Viña del Mar?, ¿Quieres saber qué opino?... mmm
¿Sabes? Preferiría tener un carnaval en donde pudiéramos celebrar y compartir algo en las calles, y no tener que verlo por televisión. Pero de todos modos, me parece una fiesta genial. Si logras eliminar toda la basura periodística que gira en torno al festival por esos días, te encuentras con un evento bastante singular, con números artísticos que muchas personas comunes jamás podrían ver en vivo por el alto costo de las entradas. Gracias a la transmisión televisiva (y también de la radio), aquí se les permite asistir, y a costo cero.
Este año pudimos ver los shows de Gustavo Cerati, Fito Páez, Los Bunkers, ¡Los Tres! (extraordinario, lo mejor que les he visto en años)
y un número francamente sensacional: Tom Jones. Fue emocionante sentir que el soul, el jazz o el blues que tan magistralmente interpreta el galés con su banda (¡de lujo!), fueron apreciados y disfrutados hasta en los caseríos más recónditos, por personas que sólo reciben de los medios propuestas de escaso valor, como baladistas sosos o insoportables sesiones de reguetón.
Creo que ese es el punto que lo justifica todo. El Festival de Viña, el de la canción, es una oportunidad para llevar números de gran calidad a quienes no tienen la oportunidad de acceder a sus conciertos; y es una posibilidad para compartir públicos rivales o distantes, puesto que para esperar el número que quieres ver, muchas veces debes soportar el show de uno que jamás verías voluntariamente
y muchas veces te quedas sorprendido. Somos afortunados, porque en muy pocos lugares del planeta sucede este fenómeno. Es que entre tanto artista de dudosa calidad, léase Montaner y otros similares, en mi memoria están grabadas algunas presentaciones memorables:
(1982) The Police: Sting sugiere que los de galería cambien sus ubicaciones con los de platea, que son muy aburridos y no aplauden como los de arriba. Lo más parecido al discurso de Lennon y su clásico los de arriba pueden aplaudir y los de abajo, hacer sonar sus joyas. Se trata de una banda que llega a Viña del Mar en el pick de su carrera. Probablemente algún funcionario militar del Canal 7 o de la Municipalidad los contrató como relleno. Ni se imaginaban a quiénes traían. Tocaron todo: Message in a bottle, Roxanne, Every little thing she does is magic, De do do do, De da da da, Dont stand so close to me, etc. Yo tenía 11 años. Esa misma noche se presentó Óscar Andrade, un tipo a quien sólo reconocía como el autor de Noticiero Crónico, una canción con ritmo de trote Aymara, pero con sonidos electrónicos que no me eran indiferentes para mi edad. Ni menos su letra. En ese momento (niñez, dictadura), era la primera vez que me enfrentaba al hecho de que una canción puede ser más que un te extraño, vuelve, no me dejes o un te amo, nena, baby, oh, oh, oh. La presentación fue genial: Una banda excelente, canciones conocidas (todas escritas por él y yo ni lo sabía), una versión de Casamiento de Negros (Violeta Parra), con arreglos rockeros, y otra de Pronto Amanecerá, de Florcita Motuda. Fue mi primera referencia al concepto lo contrario a Pinochet. Se convirtió en mi ídolo para siempre.
Inolvidable también el 85 con la brasileña Rita Lee y John Denver.
(1988) Mr. Mister: El vocalista Richard Page solidariza con los artistas chilenos amenazados de muerte por la CNI de Pinochet y lee una proclama política en plena dictadura. Los organizadores lo obligan a pedir disculpas más tarde. Igual cumplió con el mensaje, como unos meses antes lo hiciera Christopher Reeve (Superman), que vino en representación de los actores de Hollywood para solidarizar con sus colegas. Mr. Mister tuvo una presentación sólida en tiempos en que los seguidores del buen rock no tenían espacios entre tanta baladita que regía el festival. Ese año la canción que todos recuerdan es una de la competencia folclórica que no ganó: "Caballito de Metal", del Monteaguilino. Nadie toma es cuenta esta competencia, y justo cuando aparece una canción que el público acepta, no gana
típico (el tren su chiquichiquichaaaaa
me alegra el triste corazón
). La estupidez estuvo otra vez de parte del comité organizador que descalificó la canción de Perú, por un supuesto plagio. La verdad es que sentían terror de que el público, con la hermosa Ornella Mutti en primera fila, coreara el estribillo cargado a la palabra NO, la misma que representaría a los opositores al gobierno del fallecido dictador en el plebiscito que finalmente perdió en octubre de ese año.
(1991) Faith No More: Mike Patton provoca la estampida de las señoras ataviadas en pieles ubicadas en las primeras filas. Viste camisa, corbata y pantalón corto; los punkies irrumpen en los asientos de platea (hecho histórico); Patton moja al jurado sentado en la primera fila
Nunca hubo más potencia en ese escenario. Me marcaron. Patton marcó mis años de músico de rock y provocó la primera distancia estilística con mis compañeros de banda.
(2003) Los Prisioneros: Jorge González despotrica genialmente contra todos. Es la primera vez que el trío original se presenta en el festival. Simplemente emocionante. Por fin el país entero podía verlos en directo por televisión. Es que, claro, no hay censura que dure cien años, ni dictador que la sustente.
(2006) Franz Ferdinand: Antes de ir a talonear al populista Bono y su banda en el Estadio Nacional, se dan una vuelta por el festival. Hacía mucho tiempo que una banda de tanta calidad no se presentaba en la Quinta Vergara. ¡Tremendo Show!
Ni mal necesario, ni mal de muchos, consuelo de tontos. Este Festival es una oportunidad para que la mayoría de las personas puedan tener diferentes propuestas artísticas ante sus ojos; es un punto de referencia para nuestros recuerdos; es un espacio de desahogo para gritar (¡el monstruo!) contra las malas pomadas artísticas de algunos
es
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¡es gratis!, ¿qué más?
por Denis Leyton
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1 comentario
toto -
me gusta mucho
los carnavales hau por doquier